Videos
Sánchez no quiere foto con Rajoy
El presidente ofrece al líder socialista sellar el pacto contra el terrorismo en Moncloa para resaltar la unidad. El jefe de la oposición recela por las presiones internas y prefiere cerrarlo en el Congreso
El pacto contra el terrorismo yihadista está listo para presentarse en sociedad. El tiempo lo están ya marcando las dudas y los recelos internos en el PSOE, que obligan a su líder, Pedro Sánchez, a hacer equilibrios en un contexto señalado por los gestos de revuelta interna que han acompañado al proceso de anticipo electoral en Andalucía. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, entiende que el alcance de la materia sobre la que han llegado a este acuerdo los dos principales partidos haría conveniente que el pacto se vistiese de toda la solemnidad posible, es decir, con un acto en el Palacio de La Moncloa como el que en su día sellaron el entonces presidente del Gobierno, José María Aznar, y el jefe de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando se materializó el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo. Éste es uno de los principales consensos alcanzados entre Gobierno y oposición en esta Legislatura, «quizás el más importante y significativo por el valor que tiene siempre la unidad en la lucha contra el terrorismo, sea nacional o, como este caso, de carácter global», precisan en Moncloa. De ahí que en Presidencia entiendan que lo lógico sería que Rajoy y el jefe de la oposición escenificaran su unidad en La Moncloa.
Pero la decisión última está en manos del PSOE y, de momento, se imponen los recelos de Sánchez a hacerse la foto en Moncloa. Ya ha tenido que vencer resistencias internas en la concreción del acuerdo y disimular apartados del mismo por las tensiones que le generan algunos de los mantras de la izquierda que lidera en estos momentos Podemos, por delante de la propia Izquierda Unida. En cualquier caso, Rajoy no hará causa de esta diferencia y aunque desde su entorno insistieran anoche en que lo lógico sería presentarlo en Moncloa, el presidente evitará manchar el acuerdo con los socialistas por este desencuentro en lo formal.
Estratégicamente, el PSOE es consciente de que un pacto en solitario con el Ejecutivo no le beneficia a nivel político, pues produce el efecto contrario a las distancias que se afanan en marcar respecto al PP. A pesar de no obtener réditos en vísperas de importantes citas electorales, miembros de la Ejecutiva destacan que el «sentido de Estado» se impone en este caso sobre los cálculos de partido. Apelan a la responsabilidad de un «partido de Gobierno» en materia antiterrorista y valoran positivamente el gesto de Moncloa de retirar de la redacción del texto la prisión permanente revisable.
No obstante, y aunque la trascendencia del pacto marque cierta solemnidad, los socialistas no verían con buenos ojos escenificar una firma pública a dos. De ahí el continuo llamamiento por parte del PSOE a que otras fuerzas de la oposición se sumasen al acuerdo, con el fin de lograr el mayor consenso posible y no reflejar el binomio PP-PSOE. Fuentes cercanas a Pedro Sánchez aseguran que el secretario general prefiere que se mantenga la tramitación en el cauce parlamentario seguido hasta ahora, por lo que sería partidario de que la rúbrica del acuerdo se produjese en el Congreso, con el portavoz Antonio Hernando, en representación del partido socialista, y no en La Moncloa.
Ayer por la tarde en el Grupo Popular preveían que el pacto antiyihadismo, que se sustancia en una proposición de ley conjunta, podría presentarse este martes en el Congreso. Rebajando así, por decisión del PSOE, su relieve y significado, después de que el viernes pasado Rajoy y Sánchez resolviesen algunos de los flecos pendientes, dejando sólo cuestiones técnicas que han sido abordadas en las últimas horas. De hecho, Sánchez trasladará y debatirá hoy en la reunión de su Comisión Permanente el contenido de los acuerdos alcanzados con Mariano Rajoy, con el objetivo de que la Ejecutiva al completo los refrende como propios.
A menos de un año de las elecciones generales, el primer gran acuerdo de la Legislatura ha removido algunas costuras internas en el PSOE. Uno de los aspectos más difíciles de limar es el que afecta a la prisión permanente revisable, contra la que votaron en la reforma del Código Penal. Pero más allá de desavenencias puntuales, desde el Gobierno ponen en valor el hecho de que la actual dirección socialista haya primado la unidad en la lucha contra el terrorismo por encima de las críticas por este acercamiento a cuatro meses de las elecciones del 24 de mayo y a diez de las generales, y bajo la presión de radicalizarse hacia la izquierda que representa el ascenso fulgurante del partido de Pablo Iglesias. Esto no quita para que de manera no oficial en Moncloa sí haya quien diga que algunas de las dudas del PSOE «son cosas propias de niños».
Sólo un encuentro en La Moncloa
Sólo un día después de ser elegido como secretario general del PSOE, Pedro Sánchez visitaba La Moncloa para reunirse con Mariano Rajoy. Desde entonces, han hablado en muchas ocasiones por teléfono e, incluso, se vieron una vez más en privado en septiembre para tratar el tema catalán. Pero la de julio sigue siendo la única instantánea juntos de los líderes de PP y PSOE.
✕
Accede a tu cuenta para comentar