Crisis del PSOE
Sánchez perdió mil militantes al mes
La etapa del ex secretario general al frente de Ferraz se cierra con un censo de 173.400, esto es, una sangría de 24.300 bajas desde que asumiera las riendas del partido. Bate el récord de Rubalcaba, que perdió 18.900 en dos años.
La etapa del ex secretario general al frente de Ferraz se cierra con un censo de 173.400, esto es, una sangría de 24.300 bajas desde que asumiera las riendas del partido. Bate el récord de Rubalcaba, que perdió 18.900 en dos años.
Cerrada la etapa de Pedro Sánchez al frente del PSOE, parece oportuno hacer balance de su gestión. Al menos en lo cuantitativo, quien se erigiera como el secretario general de los militantes no ha sido capaz de frenar la sangría de bajas que encadena el partido en los últimos ocho años. Según los últimos datos facilitados por la gestora a LA RAZÓN, el partido cuenta en la actualidad con unos 174.000 afiliados. Esta cifra representa un descenso de en torno a 24.300 militantes respecto al censo de las primarias de 2014 en que Sánchez fue elegido para liderar el partido, entonces tuvieron derecho a voto 198.123 socialistas. Esto supone, a su vez, que el partido ha perdido 1.000 censados mensuales desde que el ex líder socialista asumiera las riendas del partido.
En los primeros meses de su andadura al frente del PSOE, Sánchez no consiguió contener a los 4.200 socialistas que abandonaron la formación en el último trimestre de 2014 (entre septiembre y diciembre). Una media de 1.400 mensuales a quienes el nuevo liderazgo no fue capaz de ilusionar. Sin embargo, el grueso de la caída de la militancia durante el corto liderazgo sanchista fue 2015, cuando se produjo la bajada más acusada: 14.600 bajas, superando el millar mensual de renuncias al carné del PSOE. Estos números contrastan con la recuperación de poder territorial que obtuvo el partido en las elecciones municipales y autonómicas de mayo, donde pasó a detentar la presidencia de siete comunidades autónomas y varios ayuntamientos gracias a los pactos con Podemos y otras fuerzas.
Durante los últimos diez meses al frente de la dirección y coincidiendo con las opciones del secretario general de llegar a La Moncloa, esto es, de enero a octubre de 2016, el ex líder socialista logró contener en cierta medida la marea de abandonos del partido, volviendo a una media de 550 salidas mensuales. En este periodo dejaron de militar en el PSOE 5.500 socialistas. Esta bajada contrasta con el empoderamiento que el ex secretario general propició de la militancia, imponiendo la democracia directa –a través de la consulta a las bases– a la representativa para adoptar las decisiones de mayor calado dentro de la formación, como los pactos postelectorales cuyo arbitrio recaía en el Comité Federal y se trasladó a los afiliados. Este tipo de referéndums se empleó durante el mandato de Sánchez como una suerte de comodín para sortear del control e influencia de los barones críticos las decisiones de la dirección, aunque sólo se llegó a utilizar una vez. Fue en febrero de 2016 cuando el PSOE sometió a las bases su pacto de gobierno con Ciudadanos para superar la investidura. Hasta entonces, el número de abandonos del partido se cifraba en una pérdida de 500 militantes al mes, un dato que Sánchez ha logrado duplicar.
Sin embargo, la fuga masiva de carnés no puede achacársele en exclusiva al último secretario general, ya que el germen de la desafección socialista surgió tras la crisis económica y el ocaso del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Una situación a la que Alfredo Pérez Rubalcaba fue incapaz de poner freno, no en vano, durante su etapa al frente de la Secretaría General socialista se produjo la pérdida más acusada hasta ahora, de 18.900 bajas. La renovación y el impulso de Sánchez tampoco han servido para revertir la situación sino para, todo lo contrario, marcar un nuevo récord que contribuye a que en los últimos ocho años el PSOE haya perdido 63.000 militantes.
Por federaciones, Andalucía es la más numerosa por cuantía de afiliados socialistas y, no en vano, fue la artífice de que Sánchez llegara a Ferraz. En torno al 25% de las bases militan en el feudo andaluz, que tendrá un papel capital en las primarias. La segunda federación en número de afiliados es Cataluña, con alrededor de 18.000 militantes, que también tendrá un papel fundamental en la elección del futuro secretario general, por esta razón y su afinidad al depuesto secretario general, la gestora busca la fórmula para romper su relación orgánica e impedir que los socialistas catalanes no tengan derecho a voto en el proceso interno que designará a la nueva dirección. Los números facilitados por la gestora tienen ciertos claroscuros, pues no se facilita una cifra concreta, sino meras aproximaciones –el censo no se ha cerrado– y se advierte de que no se han contabilizado a las Juventudes Socialistas.
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