Elecciones Generales 2016
Ferraz programa de urgencia un acto de Sánchez para compensar el debate
El líder del PSOE evita valorar su actuación, mientras desde su equipo se transmite un optimismo exacerbado.
El líder del PSOE evita valorar su actuación, mientras desde su equipo se transmite un optimismo exacerbado.
2:08 de la madrugada. Pedro Sánchez apenas acaba de marcharse de Ferraz –donde un grupo de militantes le recibió tras el debate– y su equipo de prensa lanza una ampliación de las previsiones anunciadas para el martes. Una convocatoria de urgencia en la que emplazan a los medios a un paseo del candidato socialista que no estaba previsto con anterioridad y que le llevaría al mercado de Fuencarral y, con carácter previo, a la embajada de Estados Unidos para firmar en el libro de condolencias por el atentado de Orlando. La improvisación surge después de que Sánchez haya tenido un discreto papel en el debate a cuatro y desde su círculo cercano consideren que es necesario pasar página cuanto antes y volver a reactivar una agenda que se había ralentizado en los últimos días para dar prioridad a preparar la cita televisiva.
En el reparto de propaganda electoral por la céntrica calle de Madrid, Sánchez se muestra esquivo y distante con los periodistas, ávidos de obtener una reacción de primera mano después de su participación en el debate. Sin embargo, el candidato socialista da la callada por respuesta y se afana en el reparto de folletos sin atender a sus preguntas al respecto. El ánimo del socialista está bajo y, aunque recibe el aliento de algunos simpatizantes, su apoyo no es capaz de paliar la sensación de que su mensaje no ha calado en la opinión pública como hubiera deseado. Desde Ferraz son muy críticos con el tratamiento informativo de la actuación de su candidato, que no coincide con la percepción que su círculo más próximo se ocupó de trasladar durante y tras el debate.
En la sede federal existe un optimismo exacerbado sobre la intervención de Sánchez. Consideran que «el debate ha salido bien», porque lograron colocar y «asentar» sus mensajes. «Hicimos propuestas, no especulaciones», señalan a LA RAZÓN fuentes del entorno del líder socialista. Sin embargo, esta no es la percepción que se tiene de la actuación del candidato socialista, al que todos colocan como el perdedor del debate por su incapacidad para sorprender y por su reiteración del bloqueo que PP y Podemos opusieron a su investidura. «Era necesario exponer el relato de cómo hemos llegado hasta aquí, que se haga más perceptible lo que significa que se votara en contra del PSOE», argumentan para explicar el continuo alegato a que los «extremos» de Iglesias y Rajoy impidieron un gobierno progresista. Estas mismas fuentes sí reconocen que Sánchez empezó flojo y fue cogiendo fuerza a medida que avanzaba el debate. «La primera parte fue fría, menos dinámica, y después de la pausa fue a más», explican. No obstante, desde su entorno ponen en valor la dificultad con la que partía Sánchez para «hacerse sitio» en un escenario muy polarizado y del que a priori se encontraba desplazado. Una polarización que creen haber roto.
Desde Ferraz se apunta que «Pedro está contento», porque había «riesgos» y se partía de «la posición más complicada» y se ha conseguido solventar la situación, aunque sin arriesgar y, por tanto, sin destacar. La necesidad del PSOE por cambiar la percepción negativa que se tiene de la intervención de Sánchez hizo que el candidato participara en una conversación informal con los periodistas que cubren su caravana para hacer llegar su mensaje y que, después del paseo, hiciera una valoración oficial para aquellos periodistas que no viajaron con él a Asturias. Sánchez trasladó que su objetivo no era subir el tono con Iglesias, pero sí dejarle claro cuatro cosas al líder de Podemos y del PP.
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