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Sánchez: Segunda crisis en 24 horas
El presidente, que nombró a Luis Llanas pese a estar imputado, eludió ayer a la Prensa en Moncloa
El presidente, que nombró a Luis Llanas pese a estar imputado, eludió ayer a la Prensa en Moncloa.
El Gobierno de Pedro Sánchez va de polémica en polémica. El balance de su primera semana en el poder se ha caracterizado por los problemas del gabinete en lugar de por las soluciones que quiere dar al país. A pesar de que la consigna del nuevo Ejecutivo es no cometer errores, dado el escaso margen de tiempo que tiene para demostrar su valía, lo cierto es que la diligencia en la revisión del trasfondo del currículo de sus ministros ha dejado mucho que desear y el Gobierno está sufriendo las consecuencias.
Si el presidente consiguió contener el miércoles su primera crisis con la dimisión del ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, después de que se demostrara que había defraudado a Hacienda 218.332 euros a través de una sociedad que constituyó en 2006 cuando trabajaba como presentador de televisión, ayer el foco se situó sobre el titular de Agricultura, Pesca y Alimentación. Luis Planas está actualmente imputado en una causa sobre el robo de agua en el entorno de Doñana. «El caso no tiene recorrido», señalan fuentes del Gobierno, ya que la Fiscalía de Huelva presentó el pasado 13 de diciembre un informe en el que venía a concluir que el actual titular de Agricultura no tuvo ninguna relación con dichas captaciones ilegales de agua en la finca Matalagrama de Almonte (Huelva) en 2015. En todo caso, de acuerdo al principio acusatorio, al no existir acusación particular, si la Fiscalía no le acusa, el resultado no puede ser otro que la exoneración a Planas de cualquier responsabilidad penal.
En ese informe, consecuencia de la finalización de la instrucción por parte del juzgado de Palma del Condado, ya se adelantaba que el Ministerio Público no acusará por esos hechos a Planas: «El Ministerio Fiscal no formulará acusación contra el investigado», señalaba el Ministerio Público en su dictamen, al que ha tenido acceso LA RAZÓN. Por ese motivo, se oponía al auto del juzgado número 2 de La Palma, donde sí se entendía que actual titular de Agricultura habría incurrido en un delito medioambiental, informa F. Velasco.
«Ya di mi versión. Ni yo era competente, ni he tenido intervención alguna ni tenía conocimiento», señaló ayer Planas. A pesar de este pronunciamiento, la imputación todavía sigue vigente, por lo que en el actual Gobierno hay un ministro imputado. Aunque el Código Ético del PSOE establece el momento para la dimisión en la apertura del juicio oral, lo cierto es que también se obliga a todos los cargos públicos a firmar «una declaración en la que afirmen no haber incurrido en delito alguno ligado a corrupción, violencia de género, delitos de acoso o discriminación, contra la libertad e indemnidad sexuales, torturas o contra la integridad moral, así como la comisión de hechos constitutivos de delitos graves». A esto se suman las declaraciones del propio Pedro Sánchez en 2015 en las que aseguraba que no abriría «despachos ministeriales a imputados». Estas palabras fueron ayer utilizadas por PP y Ciudadanos para exigir la dimisión del ministro y, de paso, del propio Sánchez.
Mutismo del presidente
En concreto desde la oposición se pidió al presidente que «deje de esconderse», ante la ausencia de explicaciones públicas en estas 48 horas fatídicas. Sánchez no se enfrenta a las preguntas de los periodistas desde que presentara la moción de censura el pasado 25 de mayo. El 6 de junio sí compareció públicamente, la última vez, pero lo hizo sin admitir cuestiones de los medios. Ayer parecía el momento propicio para dar la cara, ya que el presidente se reunió con su homólogo irlandés, Leo Varadkar. Sin embargo, la tradicional comparecencia en Moncloa de ambos mandatarios posterior a este tipo de encuentros no se realizó y fue el primer ministro el que solicitó un encuentro con los periodistas irlandeses.
Desde que llegara a Moncloa, Sánchez se ha sumido en el mutismo que había caracterizado sus primeros meses de 2018. El presidente tiene previsto acudir al Congreso para explicar su programa de gobierno la última semana de junio tal como le han exigido desde la oposición insistentemente. Una semana después, serán sus ministros quienes empezarán a desfilar por la Carrera de San Jerónimo para dar cuenta de sus planes de gestión al frente de las diferentes carteras.
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