Sánchez: «Si hay alguien que me ha dado aliento, ha sido Zapatero»

La presentación del libro del ex ministro Miguel Sebastián «La falsa bonanza» (Península, Atalaya) fue la ocasión elegida por el ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para «recomponer los afectos» rotos con el secretario general del PSOE. El ex dirigente socialista, que tomó la palabra en primer lugar, auguró a Pedro Sánchez una «alta responsabilidad» en el futuro, como jefe del Ejecutivo, una posición desde la que le animó a lograr que España compita en competitividad con otros grandes países. Desde esa «alta responsabilidad es inevitable que te lluevan las críticas y los consejos, pero hay que intentar que lo que te lluevan sean las ayudas», señaló Zapatero que brindó a su compañero Sebastián como ejemplo de «lealtad» y de auxilio para poner a España en la senda de la productividad. Un ofrecimiento, que fuentes cercanas a Sánchez confirmaron que no irá más allá, pues de momento no está previsto que el ex ministro de Industria entre a formar parte del equipo de Sánchez.

Por su parte, el líder del PSOE inició su intervención con una confesión. Sánchez reconoció que no tuvo una relación estrecha con Rodríguez Zapatero hasta que alcanzó la Secretaría General del partido, «fue a partir de entonces cuando conocí al político y a la persona», dijo. «Siempre me he sentido respaldado», «agradezco sus consejos» porque «si hay alguien que me haya dado aliento -durante este tiempo-, ese ha sido Rodríguez Zapatero», confesó Sánchez en una revelación que resultó cuando menos controvertida, si tenemos en cuenta que las relaciones entre ambos no han pasado por su mejor momento en los últimos tiempos.

Después de que el líder del PSOE anunciase que tumbaría la reforma del artículo 135 de la Constitución que modificó Rodríguez Zapatero con el consiguiente desgaste para su Gobierno, se fueron sucediendo las afrentas mutuas. El ex presidente se reunió en una cena con los dirigentes de Podemos Pablo Iglesias e Íñigo Errejón y se alineó con Susana Díaz en su pugna por el liderazgo con Sánchez, unos movimientos que desde la dirección le hicieron pagar, excluyéndole en la conferencia municipal del partido e impidiendo que el ex presidente diera un discurso junto a González.