Gobierno de España
Santamaría-Erkoreka: La clave de los Presupuestos
El aval del PNV a las cuentas se sustenta en el malestar con el prófugo Puigdemont, pragmatismo para mejorar las inversiones y el temor al avance electoral de Cs, muy beligerante con el Cupo vasco
El aval del PNV a las cuentas se sustenta en el malestar con el prófugo Puigdemont, pragmatismo para mejorar las inversiones y el temor al avance electoral de Cs, muy beligerante con el Cupo vasco.
La hoja de ruta del PNV vuelve a dar oxígeno al Gobierno de Mariano Rajoy. Tras un tira y afloja en público, su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado viene gestándose con enorme discreción desde hace meses. Tras algunas conversaciones entre el propio Rajoy y el lendakari Íñigo Urkullu, siempre en una buena sintonía personal, los contactos al más alto nivel entre los nacionalistas vascos y el PP no han cesado en ningún momento. Según fuentes cercanas a estas formaciones, dos personas han sido claves en todo el proceso: la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, y el consejero de presidencia y portavoz del gobierno vasco, Josu Erkoreka. Ambos se conocen desde hace mucho tiempo, dado que Erkoreka fue diputado en el Congreso durante varias legislaturas. En el segundo nivel, los negociadores por parte del Ejecutivo han sido el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, y el secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal. En nombre de los vascos, el consejero de Economía y Hacienda, Pedro Azpiazu, también muchos años diputado, y el máximo dirigente del Euskadi Buru Batzar, Andoni Ortuzar.
Como bien demuestra su historia, el PNV es un partido fuertemente jerarquizado y se mueve en la ambigüedad cuando interesa, por lo que sus diputados en el Congreso son una mera correa de transmisión del poder político en Euskadi. Así, mientras su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, se desgañitaba en su negativa a los Presupuestos, los contactos en la cúpula se mantenían en la sombra. El acuerdo se plasmó el pasado jueves en Sabin Etxea, sede del partido en Bilbao, en la reunión de su máximo órgano de dirección, el Euskadi Buru Batzar, y lo escenificó Ortuzar con estas palabras: «Resolvemos lo que más nos conviene». Una frase contundente que recoge la tradicional filosofía del nacionalismo vasco esbozada en su día por Xavier Arzallus: «Amagar y no dar, para recoger». Según fuentes peneuvistas, los tres pilares de la decisión han sido un enorme malestar con el prófugo Carles Puigdemont, pragmatismo a tope para mejorar las inversiones, y un gran temor al avance electoral del Ciudadanos, partido muy combativo contra el Cupo vasco.
Hace muchos meses que Íñigo Urkullu intentó mediar entre La Generalitat y Moncloa, desde que se lo pidió el ex presidente Artur Mas. Pero fuentes de Ajuria Enea confirman que todo era inútil desde la huída de Puigdemont a Bruselas. «Nos dejó con el trasero al aire», dicen gráficamente los nacionalistas vascos. Fue entonces cuando Rajoy y el lendakari acordaron iniciar negociaciones sigilosas delegando en sus respectivos equipos. Por el gobierno Soraya Sáenz de Santamaría quien, una vez más, mantiene intacta la confianza del presidente y su influencia dentro del Ejecutivo. El secretario de Estado de Presupuestos, Alberto Nadal, hombre de confianza de Cristóbal Montoro, pero «con mucha cintura», según reconocen fuentes de Hacienda. Y el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, un hombre serio, discreto, muy valorado por Mariano Rajoy y en el sector, clave en las obras de la llamada «Y vasca», la gran infraestructura reclamada por el PNV, con muy buenas relaciones en el País Vasco desde su etapa como Alcalde de Santander.
Por parte de los «jeztales», los tres hombres principales designados por el lendakari han sido Erkoreka, Apiazu y Ortuzar, todos ellos miembros del llamado clan de los «bizkaitarras», políticos de Vizcaya representantes del más puro pragmatismo del partido. Josu Erkoreka Gervasio, nacido en Bermeo, y Pedro Azpiazu Uriarte, de Bilbao, han sido muchos años diputados en el Congreso y llevado a cabo numerosas negociaciones con el Grupo Popular. Andoni Ortuzar Arruabarrena, nacido en la comarca minera vizcaína de Sanfuentes, controla la mayor organización del partido en esta zona frente a los «donostiarras», anclados en Guipúzcoa y más radicales. Los tres tienen formación económica y han sabido estirar bien la negociación para los intereses vascos. Sus objetivos, en contraposición a los actuales políticos catalanes los definen muy bien en el PP: «Listos mercaderes frente a unos exaltados». A pesar de sus reservas públicas contra el artículo 155, en privado los peneuvistas no lo ven tan dramático y critican ferozmente al prófugo Puigdemont por su veto a un Govern limpio de procesos judiciales.
Los guiños del gobierno para la negociación comenzaron con el apoyo del PP a los Presupuestos vascos en el Parlamento de Euskadi, imprescindibles para las cuentas de Urkullu en 2018, a cambio de una reforma en el impuesto de sociedades. En plena vigencia del 155, el Gobierno acometió la reforma del Cupo vasco, tras siete años de parálisis, con un incremento de inversiones del 32 por ciento, junto al desarrollo de la «Y vasca». En el PNV insisten en que la ausencia de su enmienda a la totalidad el próximo día 25 de abril no supone «un cheque en blanco», pero desde el PP aseguran que la negociación «está bien atada». Ello no excluye declaraciones altisonantes del portavoz vasco en el Congreso, Aitor Esteban, hasta que finalice el trámite parlamentario el 24 de mayo, con un proceso de diálogo sobre las enmiendas parciales presentadas por el PNV destinadas a mejorar sus inversiones en unos mil millones, según fuentes nacionalistas.
Desde el PNV no ocultan sus críticas hacia Ciudadanos, el partido más combativo contra la Ley del Cupo. «Mejor lo malo conocido que lo malo por conocer», advierten los vascos ante el avance electoral de Cs, dado que con el PP las relaciones nunca han estado cerradas del todo. Primero el Concierto económico, después la independencia. Esto solía decir Xabier Arzallus, el histórico «gurú» del PNV, cuando negociaba con el gobierno de Madrid la Ley del Cupo vasco y refleja el pragmatismo de los nacionalistas en Euskadi. De todos cuantos han pasado por Ajuria Enea el más práctico, educado y metódico es sin duda Íñigo Urkullu Rentería. Un hombre serio, religioso y familiar que aborrece los excesos verbales, lo que le aproxima mucho a Rajoy. Enormemente tímido, casi hermético según su entorno, es una persona accesible, discreta y afable en las distancias cortas, en buena sintonía personal con La Moncloa. Por el contrario, los recelos hacia Cs y su auge en las encuestas son enormes. Lo que un alto dirigente del PNV así define: «Rivera es una naranja inmadura».
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