Gobierno de España

Santamaría hará de «embajadora» del Gobierno

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La vicepresidenta acompañará al Rey en la cena previa y en la inauguración del World Mobile Congress

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Soraya Sáenz de Santamaría, representará al Gobierno, como ya hizo el pasado año, en la puesta de largo de esta edición del Mobile World Congress, que se celebra en Barcelona a partir del próximo lunes. Sáenz de Santamaría acompañará al Rey Felipe VI tanto en la cena previa como en la sesión inaugural.

El Gobierno está midiendo su presencia en Cataluña para no dar la imagen de un desembarco justo ahora que está activo el artículo 155 de la Constitución. Es un escenario complejo en el que incluso la dirección popular ha optado por centrar su actividad política en otras comunidades autónomas con la justificación de que ya han estado mucho en las provincias catalanas con motivo de la reciente campaña autonómica.

Con este argumento explican que en la decisión de multiplicar su presencia política y los actos de partido, para coger impulso después del malísimo resultado del PP catalán en esas elecciones a la Generalitat, no hayan previsto de momento ninguna actividad en Cataluña.

Sáenz de Santamaría volverá a Barcelona con motivo del Mobile porque el Gobierno quiere subrayar «la idea de la normalidad y de la estabilidad» en Cataluña. Es una cita internacional clave para la economía catalana, pero también para la imagen de la marca de España. Y por eso en los últimos días incluso desde Moncloa se han preocupado de que los preparativos no coincidan con la movilización convocada por Societat Civil Catalana y la Plataforma por Tabarnia, prevista en principio para el próximo fin de semana. Finalmente la manifestación se ha aplazado hasta el próximo 4 de marzo para colaborar en que «no haya imágenes que distorsionen el sosiego necesario para que todo marche sobre ruedas». Los organizadores del Mobile ya han dejado varias advertencias sobre la posibilidad de cancelar su compromiso con la Capital Condal por la presión independentista. El acuerdo de mantener la sede en Barcelona al menos hasta 2023 depende de que los organizadores entiendan que hay un entorno seguro y estable. Y, para ello, reclaman que se desbloquee la situación política y se forme un Gobierno que al margen de sus siglas esté dentro de la legalidad vigente.

En la preparación del evento económico más importante de Cataluña participan todas las administraciones: la nacional, la autonómica y la local. Y en ese sentido, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha tenido que adaptarse a su traje institucional y aparcar el rechazo que manifestaba hacia el congreso sobre móviles cuando vivía del activismo social.

En lo que toca al Gobierno de Rajoy, se han hecho todas las gestiones posibles para rebajar la preocupación de los organizadores por la situación política, y la previsión es que el congreso se celebre con «éxito y en un clima de plena normalidad». Es un hecho que la tensión en la calle ha ido apagándose, contra los peores pronósticos, desde que se cesó al Gobierno de la Generalitat y se activó en el Senado la intervención de la autonomía.

El Gobierno está además trasladando en instancias económicas, entre inversores y también a nivel diplomático el mensaje de que pese al bloqueo político, la situación evoluciona positivamente. Y que ese bloqueo desarparecerá en breve y habrá un nuevo Gobierno de la Generalitat que aunque sea independentista estará dentro del marco constitucional y fuera de la unilateralidad. El objetivo de esta pedagogía es «colaborar en que vuelva la confianza y con ella la estabilidad económica».