Política

Caso Bárcenas

Santamaría: «Rajoy ha dado y dará explicaciones oportunas a los ciudadanos»

La vicepresidenta desvincula la comparecencia del presidente del chantaje del ex tesoreo y «otros»

Soraya Sáenz de Santamaría, hoy, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros
Soraya Sáenz de Santamaría, hoy, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministroslarazon

La comparecencia de ayer de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, tras el Consejo de Ministros dejó otra nueva vuelta de tuerca al debate sobre las explicaciones del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sobre el «caso Bárcenas». La decisión formal no se conocerá hasta el próximo miércoles, según dijo ayer la vicepresidenta. Pero el discurso con el que se acompaña la decisión de no decir nada hasta que se agote el plazo va dejando algunas significativas pistas.

Que va a haber comparecencia del presidente del Gobierno se da ya casi por seguro en medios gubernamentales. Falta saber el formato y la fecha. No hay que olvidar que el presidente tiene pendiente una comparecencia ante la Prensa, no ante el Parlamento, para hacer balance del curso político. Y que esta rueda de prensa, ya casi una tradición estival, debería celebrarse antes del 3 de agosto. El 2 de agosto será el último Consejo de Ministros previo a las vacaciones de verano. Este lunes comparecerá en Moncloa con el primer ministro rumano, Victor Ponta, después de una cumbre bilateral.

El Gobierno está estudiando de qué manera concretar una comparecencia para desactivar la presión del PSOE y de la oposición sin que al final Rajoy tenga que lidiar con un debate parlamentario sin más objeto que hablar del ex tesorero del PP y de la contabilidad de su partido. Dicen desde el Ejecutivo que Rajoy ya ha explicado, explica y explicará cuanto considere oportuno, pero que esas explicaciones «las da a los ciudadanos», según precisó la vicepresidenta, y no están al servicio de la estrategia procesal de unos (en alusión a Bárcenas) ni de los intereses políticos de otros (se refieren al PSOE, pero también a los que mueve, según Moncloa, al director de «El Mundo»).

Estos son días complicados, en los que el Ejecutivo está a la espera de por dónde puede volver a «atacar» Bárcenas, «con sus nuevos defensores», en lo que entienden como una estrategia de «presión y chantaje» cuando está pendiente de que se resuelva su recurso a la decisión de enviarle a prisión sin fianza, recurso que se verá el próximo día 25. Pero la estrategia es mantener la agenda de trabajo con la mayor normalidad posible e intentar también trasladar esa normalidad a la ciudadanía.

Para eso la vicepresidenta puso en valor las medidas en las que sigue trabajando el Gobierno y que cada viernes van al Consejo de Ministros, así como el resultado de la última subasta del Tesoro, «una prueba» de que España mantiene la confianza de los inversores y de los mercados.

Este discurso no impide que el «caso Bárcenas» y sus consecuencias sobre la imagen del Gobierno sigan siendo el tema que monopoliza cualquier comparecencia del Ejecutivo o de la dirección popular. Ayer la vicepresidenta echó tierra con contundencia sobre las especulaciones que desde algunos sectores han empezado a circular respecto a que sea la sustituta de Rajoy en el supuesto de que éste dejara la Presidencia del Gobierno. Santamaría zanjó el debate proclamando que no hay necesidad de sustitutos porque Rajoy agotará su mandato. «Aquí no hablamos de sustitutos» y el Gobierno seguirá trabajando con Rajoy a la cabeza porque el presidente es el «verdadero impulsor del programa político del Gobierno». El viernes pasado, de la rueda de prensa quedó el mensaje de que los ministros cerraban filas con el presidente. Ayer la vicepresidenta dio la vuelta al argumento para reforzar la autoridad del jefe del Ejecutivo. «Es él quien da la confianza a sus ministros. Y no nosotros a él».

Santamaría insistió en que Rajoy lleva «dando explicaciones» sobre el «caso Bárcenas» desde enero, y sostuvo que en estos meses ha hecho numerosas comparecencias públicas o ante el Congreso de los Diputados, comparables a las de «cualquier otro o incluso superior».