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«Se ha reído de nosotros y de nuestros muertos»

Irene Villa dijo no sentirse ofendida por el tuit del concejal Guillermo Zapata y el presidente de la AVT aceptó sus disculpas, pero varias víctimas aseguran a LA RAZÓN que sí se sintieron humilladas por el comentario

La Razón
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Irene Villa dijo no sentirse ofendida por el tuit del concejal Guillermo Zapata y el presidente de la AVT aceptó sus disculpas, pero varias víctimas aseguran a LA RAZÓN que sí se sintieron humilladas por el comentario

«Han tenido que cerrar el cementerio de las niñas de Alcàsser para que no vaya Irene Villa a por repuestos». Ésa fue la ofensa a las víctimas del terrorismo en 140 caracteres del concejal de Ahora MadridGuillermo Zapata que hoy le sentará en el banquillo de la Audiencia Nacional. La aludida, Irene Villa, aseguró que no se sintió ofendida por el comentario, pero la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional obligó al juez Santiago Pedraz a llevar a juicio al edil del equipo de Gobierno de la alcaldesa de Madrid Manuela Carmena por un delito de humillación a las víctimas. Y es que según los magistrados ese «cierto grado de desprecio» trascendía a Irene Villa, afectando a todo el colectivo de víctimas del terrorismo.

Zapata esgrimirá hoy en la vista oral la carta que le remitió el pasado julio el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), Alfonso Sánchez, aceptando sus disculpas por unos comentarios de 2011 que califica de «desacertados». Asimismo, el presidente del colectivo de víctimas agradeció «el impulso y buena disposición» que mostró Zapata respaldando una propuesta del PP de colocar en el madrileño distrito de Villaverde un monolito en recuerdo de tres víctimas de ETA.

Pero no todas las víctimas del terrorismo piensan igual. LA RAZÓN se ha puesto en contacto con varias de ellas que no dudan en expresar que sí se sintieron ofendidas por el tuit de Zapata.

El presidente de la Asociación de Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado Víctimas del Terrorismo (ACFSEVT), Francisco Zaragoza, destaca que aunque Irene Villa quisiera restarle importancia, dicha ofensa repercutía en las 858 personas que fueron asesinadas, además de las que quedaron heridas, por los atentados de ETA. «Los insultos que profirió el concejal de Podemos en las redes sociales contra una víctima del terrorismo son algo que constituye una serie de insultos generales a las víctimas», asegura. Y advierte de que «el perdón que conceda una sola no es extensible al resto de víctimas». Zaragoza recuerda que cuando leyó el tuit de Zapata sintió «indignación», porque «son tantas las humillaciones recibidas por parte de tanta gente que una más, viniendo de un individuo que está en las instituciones públicas, produce más indignación». «Yo no perdono ni olvido –añade–. Me es indiferente lo que les pase a los que intentaron asesinarme».

Por su parte, Antonio Salvá, padre de la última víctima de ETA, el guardia civil Carlos Salvá, asegura: «Me sentí ofendido, es una clara humillación a las víctimas». «Yo fui a ver a mi hijo el pasado día 1 al cementerio, a su tumba, de donde dice este señor que las víctimas ¿tendrían que hacer qué? Se ha reído de nosotros, de nuestras familias y de nuestros muertos. Y eso es algo que no puede hacer. Una figura pública, con la repercusión que tiene, no puede decir algo así. Este señor tendría que estar inhabilitado para ocupar un cargo público y en la cárcel. No puede ir de matón por la vida riéndose del dolor de nuestras familias».

«No es libertad de expresión»

La presidenta de COVITE, el colectivo de víctimas del País Vasco, Consuelo Ordóñez, lo tiene claro: «Los delitos de enaltecimiento del terrorismo y de humillación a las víctimas son delitos de terrorismo y, como tales, son delitos públicos y cualquiera puede perseguirlos, no sólo la persona afectada. Aunque Irene Villa no considere que se la está humillando, ese delito se puede perseguir».

Por su parte, la presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo, Mari Mar Blanco, también coincide en que el tuit de Zapata «humilla a las víctimas». «Tuits como al que hacemos referencia son ofensivos para las víctimas del terrorismo. Suponen una indudable humillación a quienes han sufrido en primera persona la sinrazón terrorista y, por ello, tal y como se desprende de una reciente sentencia del Tribunal Supremo, podrían tener cabida dentro del tipo penal del enaltecimiento del terrorismo».

«Nadie puede considerar como libertad de expresión un tuit que hace escarnio de las víctimas del terrorismo, ridiculizando e ignorando el enorme sufrimiento que hay detrás de todas y cada una de las víctimas. No es adecuado el uso de las redes sociales para lanzar mensajes que incitan al odio o suponen una humillación para las víctimas, como es el caso que ahora va a ser juzgado», añade. Asimismo, Blanco se mostró convencida de que, aunque mencione a Irene Villa, este tipo de delitos afectan a todo el colectivo, con independencia de que la víctima directamente aludida «opte por ser más o menos generosa con quien la afrenta directamente».

Además, subraya que en el caso de Zapata «no creo que por haber pedido perdón uno quede eximido de cumplir la Ley. El daño está causado a todas las víctimas del Terrorismo desde la publicación del tuit, y desde ese preciso momento sólo queda aplicar el artículo 578 del Código Penal, que recoge como delito las ofensas y humillaciones a las víctimas del terrorismo».

De la misma opinión es el presidente de la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas (ACVOT), José Vargas, quien asegura que «decir ese tipo de barbaridades no constituye libertad de expresión. Todos estos comentarios de personajes públicos influyen en las víctimas y en su estado de ánimo. Es humillante, aunque solo haya una víctima a la que se refiera, porque con ello denigra a todo el colectivo de víctimas». Vargas destaca que «el daño ya está hecho y por ello debe responder» al igual que «los terroristas responden por sus delitos». «¿O acaso porque una víctima considere que no es tan importante no se le juzgaría por el delito cometido?», se pregunta el presidente de ACVOT.

Cuando leyó los tuits, dice, sintió «rabia» y denuncia que la libertad de expresión no ampara que alguien «pueda humillar a las víctimas». Además, asegura que lamentaría que las víctimas sean difamadas sin que quien lo hace cumpla una condena, porque eso haría que hechos similares «vuelvan a ocurrir».