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Sobresaliente en el examen de los abogados
Doña Cristina pasó el día de ayer con sus letrados para preparar su defensa que centrará en que no participaba en la administración de la empresa y confiaba en la gestión de su marido
La Infanta Cristina llega hoy mismo al aeropuerto de Palma desde donde se trasladará al Juzgado Número 3 de la capital balear para declarar como imputada en el «caso Nóos». Fuentes del Palacio de la Zarzuela aseguraron ayer por la tarde que la duquesa de Palma no tenía previsto pernoctar anoche, víspera de su comparecencia en Palma, ni en el Palacio de Marivent ni en el de la Zarzuela. Según todos los indicios, la estrategia de Doña Cristina es dejar el hotel donde se ha alojado estos días pasados en la capital catalana y pasar la noche en un lugar desconocido para evitar ser perseguida y acosada por los medios de comunicación en sus desplazamientos en coche, inevitables antes de llegar al aeropuerto de Son Sant Joan.
El día antes de someterse al interrogatorio del juez Castro, que ya anunció ayer que iba a ser el primero en preguntar, del fiscal Pedro Horrach y de las distintas partes personadas en la causa, Doña Cristina dedicó la mayor parte de su tiempo a repasar con sus abogados defensores, Miguel Roca y Jesús Silva, todos los detalles de cómo debe hacer frente al interrogatorio al que se someterá hoy en la misma sala del juzgado en la que ha comparecido en dos ocasiones su marido. A la hora de la verdad de enfrentarse a las personas que tendrán que decidir si es culpable o no de los delitos que se le imputan –fraude fiscal y blanqueo de capitales– lo que preocupa verdaderamente a la Infanta es hacer una buena declaración en la quede constancia de que ella es inocente de la culpa que le atribuye el magistrado José Castro y la acusación popular. Doña Cristina explicará que, si finalmente se determina la existencia de un delito fiscal imputable a su marido, ella no disponía de indicios que le hicieran sospechar que los «bienes y servicios que percibió hubieran sido sufragados precisamente con cargos a las cuotas presuntamente debidas» a Hacienda y no con cargo al resto de ingresos lícitos.
Otra de las incógnitas que se despejarán hoy es si finalmente la Infanta accederá al Juzgado a pie o en coche. Está claro que es ella la que decidirá, o habrá decidido ya con anterioridad, si se someterá al público escarnio que sufrirá sin duda al descender a pie el tramo que ya muchos conocen como la rampa de la vergüenza. La otra opción es la que aconsejan los responsables de las Fuerzas de Seguridad y que autorizó el magistrado jefe de la Audiencia de Palma, que no es otra que utilizar el automóvil para alcanzar la puerta del juzgado. En todo caso, es importante recordar que la Justicia se administra en el interior de los juzgados y no en otro lugar que algunas personas intentan convertir en auténticos circos en los que se hace prevalecer un espectáculo la mayoría de las veces lamentable.
De cualquier manera, los expertos pronostican que la Infanta tendrá dificultades para llegar hasta las inmediaciones del juzgado, debido a las manifestaciones anunciadas por grupos y organizaciones que se han desplazado ex profeso a la capital balear para expresar su rechazo a la Infanta. Controlar a esos grupos será responsabilidad de la Policía Nacional y la Policía Municipal de Palma, que integran el operativo dispuesto por el Ministerio del Interior. Un operativo en el que, por cierto, no participa miembro alguno de la seguridad que habitualmente custodia la Familia Real, excepto los dos escoltas personales de Doña Cristina que están destinados a protegerla allí donde vaya.
En el Palacio de la Zarzuela se ha instalado, en estos días, un silencio sepulcral. No se quiere dar pie a que cualquier comentario que se haga se manipule e interprete como una injerencia en la acción de la justicia. Pero nadie ignora que hoy va a ser un día muy delicado para toda la Familia, que estará con el alma en vilo y tendrá la vista puesta en lo que ocurra en el Juzgado de Palma de Mallorca.
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