El desafío independentista
Societat Civil Catalana organizará un gran acto anti-secesión en la Diada
Tarragona, capital de la España romana, será el espacio de la manifestación
BARCELONA - «Tenemos que movilizarnos y asumir riesgos». Ésta es la convicción de Societat Civil Catalana (SCC), una plataforma de reciente creación que está decidida a salir a las calles para combatir la «amenaza secesionista». Los promotores de la entidad han llegado a la conclusión de que los catalanes que se sienten españoles tienen que pasar el contraataque y hacerse notar. Y ya preparan un gran acto. Será una manifestación en Tarragona –«capital de la España romana»– durante la próxima Diada y comenzará a las 18.08 horas, en una alusión simbólica al año 1808 (guerra de la independencia española). «Que nadie tenga miedo de salir», pidieron una y otra vez los portavoces de la plataforma.
Societat Civil Catalana concretó sus próximos pasos en una rueda de prensa celebrada ayer en el Colegio de Periodistas. El empresario Josep Ramon Bosch, los profesores Susana Beltrán y Joaquim Coll, y el agente de ventas José Rosiñol pusieron la voz a las reivindicaciones de esta entidad, que ha logrado en pocos días 5.000 adhesiones a su manifiesto fundacional.
«Estamos en contra de la secesión y queremos que se visualice esa diferencia de forma normal y construir proyectos comunes con el resto de españoles», subrayó Susana Beltrán. La conveniencia de que todos los pueblos españoles continúen yendo de la mano fue una constante durante la rueda de prensa, pero Societat Civil también incidió en los peligros que conllevaría la ruptura de España.
«La secesión no nos conviene en primer lugar por razones económicas, las clases populares y trabajadoras serían más pobres. Además, no está justificada ni por razones políticas ni por razones culturales», consideró el profesor Joaquim Coll.
Todos los que tomaron la palabra coincidieron en que su iniciativa tiene dos grandes dificultades. La primera es la falta de recursos –SCC se financia con aportaciones personales– y la segunda es el miedo instalado en Cataluña a la hora de hacer públicos los sentimientos de españolidad. «Animamos a que la gente no tenga miedo», insistió Susana Beltrán.
Para que su iniciativa tenga éxito, Societat Civil Catalana pidió la ayuda del resto de españoles con el argumento de que «juntos, hasta ahora nos ha ido bastante bien». «Es evidente que la crisis lo desdibuja todo, pero no hay ninguna razón para romper», subrayó Coll.
La lucha contra la consulta
Societat Civil Catalana evitó expresarse sobre la consulta que los nacionalistas tienen pensado llevar a cabo el próximo 9 de noviembre para no caer en el posicionamiento sobre todas las coyunturas políticas. Pero otra asociación que defiende la unidad de España, el Movimiento Cívic D'Espanya i Catalans, comunicó los resultados de una campaña elaborada por ellos mismos para que la ciudadanía de Cataluña exprese su contestación contra la consulta soberanista promovida por el Gobierno de Artur Mas. El movimiento protagonizó reuniones en localidades como Reus, Badalona, Lleida, Mataró o Barcelona; y concentraciones frente a algunos ayuntamientos en los que se ha aprobado la cesión de los datos para elaborar un censo que –en palabras del presidente del movimiento, Manel Parra– sería «todo un fraude de ley y un incumplimiento de nuestra legalidad». «Muchos ciudadanos no van a permitir que el Govern use sus datos de carácter personal para llevar a cabo una consulta ilegal, tremendamente irresponsable y perjudicial para Cataluña y toda España», dijo. Pues bien, tras una campaña de recogida de firmas, han recogido ya más de 2.200 y esperan llegar a una cantidad «mucho mayor».
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