Caso Nóos

Torres y su esposa, incapaces de dar motivos para imputar a la Infanta

Tras las reiteradas quejas de ambos por no haber sido imputada Doña Cristina, el juez Castro les dio la oportunidad de aportar pruebas contra ella. El ex socio y su mujer callaron

Diego Torres y su esposa, el pasado sábado entrando a los juzgados de Palma
Diego Torres y su esposa, el pasado sábado entrando a los juzgados de Palmalarazon

Diego Torres aseveró ante el juez que para Iñaki Urdangarín era "muy duro y muy difícil de aceptar"que la Casa Real le instase a dejar la presidencia del Instituto Nóos".

Harto de escuchar que a la Infanta Cristina no se le imputa en el «caso Nóos» por ser quien es, cansado de las quejas de Diego Torres sobre el supuesto trato discriminatorio que padece su mujer al estar imputada mientras la hija del Rey ni siquiera ha sido citada a declarar, el juez José Castro puso el pasado sábado en bandeja tanto a Torres como a su esposa, Ana María Tejeiro, la imputación de la Infanta. «Dígame usted qué intervención ha tenido en todo esto Doña Cristina de Borbón y si hay que imputarla, se la imputa», le espetó a Tejeiro. «¿Se siente comparativamente agraviado?», le preguntó al ex socio de Urdangarín, a quien le mostró el camino para resarcirse: «Tiene usted ahora la oportunidad de que podamos deshacer ese agravio». Los dos callaron (Torres apenas apuntó que la Infanta formó parte de los órganos directivos de Nóos, al contrario que su mujer, aunque aclaró que no se consideraba agraviado). El profesor de Esade negó que se sintiese «injustamente tratado» y achacó la polémica a «los medios». «Nunca he dicho eso», subrayó, olvidándose de los escritos en los que su abogado, Manuel González Peeters, se ha quejado recurrentemente al instructor sobre la imputación de Tejeiro en comparación con la desahogada situación judicial de la Infanta.

En marzo de 2004, el juez Castro rechazó que se negara a imputar a la Infanta para «librarla del mal trago de verse afectada por estigma alguno». Y subrayó que en la causa no había «absolutamente ningún testimonio» ni declaraciones de imputados «que involucren de algún modo a Doña Cristina Federica de Borbón en la toma de decisiones de ninguna de las entidades que giran alrededor de su esposo o de don Diego Torres». El sábado, el magistrado quiso dar la oportunidad a los dos presuntos damnificados para que le hicieran cambiar de opinión. Pero ni lo intentaron.

A continuación, reproducimos las declaraciones de Torres y su esposa al respecto:

DIEGO TORRES

Juez: Y continúa diciendo que, y como vocal de la Infanta Doña Cristina. A propósito que se menciona a esta señora, le voy a hacer una pregunta. ¿Usted se siente comparativamente agraviado, por que su esposa esté imputada en esta causa y no lo esté Doña Cristina de Borbón?

D. T.: No, en absoluto. Esto lo han dicho los medios, pero no nunca he dicho esto.

Juez: Era por si usted se sintiera por su esposa injustamente tratado por esa diferencia, pues que usted está aquí para aportarnos los datos que usted crea conveniente y deshacer ese agravio, si es que existe agravio.

D. T.: Yo no lo considero un agravio, lo que sí es cierto es que mi esposa nunca ha sido parte del Instituto ni de la Asamblea General ni ha sido miembro de la Junta Directiva, ni siquiera ha sido empleada del Instituto. Doña Cristina ha tenido esos cargos efectivamente. Si lo dice en sentido de que estoy agraviado, estoy enfadado, no en absoluto.

Juez: No enfadado, que usted diga que aquí hay un trato diferenciado, sin que haya ninguna razón para esa diferencia. Que si no hay razón, tiene usted ahora la oportunidad de que podamos deshacer ese agravio.

D. T.: A mí me gustaría poder explicar las funciones de la Junta, las funciones que ha tenido cada uno de los miembros y de esa manera usted conocerá perfectamente lo que ha sucedido durante estos años.

ANA MARÍA TEJEIRO

Juez: Podría haber dicho Diego Torres, ¿por qué la meten a usted?

A T.: Pues porque soy la esposa de mi marido y suelo estar.

Juez: Sí, pero no tiene nada que ver, porque a Cristina de Borbón no la citan. Nadie dice y llegó Iñaki Urdangarín y Cristina de Borbón.

A. T.: Porque es quien es, supongo, claro.

Juez: No señora, ahí entramos en un terreno peligroso, porque yo ahora le doy a usted la oportunidad de deshacer cualquier trato injusto que hayamos tenido con usted, señora. Tiene usted el micrófono a su disposición para... si hemos tenido un trato injusto con usted, porque usted de momento va a seguir imputada, eso no es ninguna consecuencia alarmante, pero sí sigue tal y como está hoy.

A. T.: Bueno

Juez: ¿Por qué?, porque a usted se la cita abundantemente y se le da una nutrida intervención.

A. T.: Es lógico, porque a mí todo el mundo me conoce porque le he hecho la primera entrevista.

Juez: Bien. Pero le digo, señora, si usted cree que está siendo injustamente tratada con respecto a Cristina de Borbón...

A. T.: No, yo con respecto a nadie, yo soy injustamente tratada con respecto a mí.

Juez: Pues dígame usted qué intervención ha tenido en todo esto Doña Cristina de Borbón y si hay que imputarla se la imputa.

A. T.: No, yo de esto no sé nada, porque yo en el I.N. no estaba, entonces, yo no estaba en la Junta Directiva, no estaba como empleada, no dirigía ni gestionaba, entonces, el trato con la Infanta.

Juez: ¿Usted era amiga suya?

A. T.: No, para nada.

Juez: Según lo que se cuenta por ahí, por lo visto cenaban los dos matrimonios con muchísima frecuencia, cosa que no es nada malo.

A. T.: No es cierto, es una persona sumamente agradable, las veces que he tratado con ella, pero...

Juez: Pero le hablaba de usted, se hablaban de usted o de tú, se tuteaban me imagino, ¿no?

A. T.: Pues la verdad es que no sé decirle.

Juez: No recuerda usted si usted le decía Alteza o algo de esto, me imagino que esto no.

A. T.: No, así mientras cenábamos no, pero tampoco la llamaba Cristina.

Juez: ¿Usted creía que Doña Cristina estaba al tanto de todo lo que su marido hacía?

A. T.: Sí, en temas de INSTITUTO, yo entiendo que sí, pero no lo sé.

Juez: Dígalo, señora

A. T.: Yo no he estado en el INSTITUTO, yo cuando he estado con Doña Cristina, he estado, pues eso, cenando, en un cumpleaños o la habré visto cuatro veces fuera del despacho, un cumpleaños, me suena que una vez que fue a ver unas instalaciones precisamente para unas oficinas del INSTITUTO que coincidimos, que ella fue a verlo y ¿cuándo más? Las veces que ha ido por la oficina que yo estaba allí trabajando y la he visto, pero no... nos saludábamos.

Juez: ¿Usted la ha visto en una actitud de dirigir, de impartir instrucciones, de dar su parecer en una actitud activa?

A. T.: Yo no la he visto en el INSTITUTO, porque yo no estaba en el INSTITUTO. Entonces no la puedo haber visto.

Juez: vamos a ver, señora. No, lo digo para deshacer, porque dice usted: «No hombre, porque como era quien es», pues da la impresión de que Doña Cristina no está imputada porque es quien es y yo le digo que me ayuden a imputarla, si es que se tiene que imputar ¿eh?, si es que se tiene que imputar, para que no parezca que no lo está por ser quien es, ¿entiende?

A. T.: Yo puedo hablar de lo que conozco y de esto no conozco, no puedo decir nada, porque no sería justo.