Tribunal Constitucional
Tras la victoria, el peligro
El regreso de los toros a Barcelona es un triunfo sólo a priori. La guerra continúa y el peligro acecha
Seis años después llega la sentencia del Tribunal Constitucional después de un sinfín de rumores y temporadas a la espera. Esta vez sí
Seis años después llega la sentencia del Tribunal Constitucional después de un sinfín de rumores y temporadas a la espera. Esta vez sí. El tribunal ha dictaminado que la prohibición que se llevó a cabo por el Parlamento de Cataluña es inconstitucional dado que no tiene las competencias para prohibir una manifestación cultural arraigada a nuestra tradición, declarada por el propio Estado patrimonio cultural. Un triunfo que a priori revoca la prohibición y hará que la Fiesta de los toros vuelva a la bella Monumental de Barcelona, de propiedad privada perteneciente a la familia Balañá. Fue el 25 de septiembre de 2011 la última vez que abrió sus puertas para celebrar una corrida de toros. La de la despedida. Pero el regreso de los toros a Barcelona es un triunfo sólo a priori. La guerra continúa y el peligro acecha. El Constitucional ha dado a conocer el resultado de las votaciones, habrá que esperar a la publicación de la sentencia en firme, pero se abren ventanas peligrosas después de esta votación. Sobre todo cuando se apela a que las Comunidades no tienes competencias para prohibir pero sí para que "pueda regular el desarrollo de las representaciones taurinas". Le permite vetar un espectáculo público determinado pagar proteger a los animales, pero no puede llegar a prohibirlo, tal y como informaba Efe.
El propio gobierno catalán ya avisó, incluso antes de darse a conocer de manera oficial el resultado de la votación, que no dejaría las cosas así y buscará la alternativa para seguir boicoteando la Fiesta de los toros, a pesar de que en el propio Parlamento catalán y coincidiendo con la abolición de la Tauromaquia, se blindaron la celebración de los tradicionales Correbous, donde se juega con el toro por las calles en diversas modalidades (fuegos en los pitones, por ejemplo). Apartado así, de un plumazo, la razón de la protección animal como argumento. Por tanto, habrá que esperar a la lectura de la letra pequeña de esta sentencia. Y lo hacen taurinos y antitaurinos a la espera de encontrar el agujero negro que dé cobijo a las pautas antis. Y no sólo en Cataluña. La corriente, organizada y planificada, avanza en diversas direcciones. No es sencilla tampoco la situación de Baleares, por ejemplo, y no es disparatado pensar en la redacción de un ataque a la fiesta, con sentencia en la mano, y que bloquee la celebración de una corrida de toros. Alterar el desarrollo tradicional es otra manera de acabar con el espectáculo: arrancar la esencia de la tauromaquia. No tardará en llegar la respuesta. De unos y otros, mientras tanto el sector celebra la buena nueva. Pero la historia continúa. Y tras la victoria, el peligro acecha.
✕
Accede a tu cuenta para comentar