Elecciones autonómicas
Un día con Sánchez: «Las operaciones de imagen aportan menos de lo que se piensa»
Hace un año Pedro Sánchez se echó a la carretera por primera vez. A bordo de un Peugeot 407, un desconocido candidato recorría las agrupaciones socialistas buscando granjearse apoyos de cara a las primarias que el todavía secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, había convocado para noviembre. Paralelamente a él, la ex número dos del partido, Elena Valenciano, había tomado las riendas del proyecto europeo socialista y recalaba, de mitin en mitin, en las principales plazas nacionales. Su hecatombe electoral en las elecciones europeas desencadenó una sucesión de acontecimientos que llevaron a Sánchez a materializar esos apoyos en la Secretaría General del partido. Hoy, 12 meses después, el flamante líder del PSOE se enfunda de nuevo el traje de «candidato en la carretera» para recabar votos para el partido y para sí mismo, pues reconoce que él también se examina en estos comicios.
«Con muchas ganas». Así, tópicos aparte, encara el secretario general socialista su primera campaña al frente del PSOE. Sánchez afronta su apretada agenda como una «inigualable oportunidad para trasladar a los ciudadanos las propuestas del partido», lo que también le permite escuchar las demandas de la calle y hacerlas parte de su discurso.
En declaraciones a LA RAZÓN, reconoce que la intensidad de las maratonianas jornadas de campaña supone una gran satisfacción por cumplir los objetivos fijados, pero a la vez le impide conciliar.
«Si en política siempre es difícil, en campaña todavía más. Lo intento pero el resultado nunca es el que quisieras», señala. El líder del PSOE confiesa que, durante estos días, echará de menos pasar más tiempo con su mujer y sus hijas, pero entiende que el sacrificio le va en el cargo: «Si hago esto es porque quiero». De las pequeñas, siempre lleva consigo, en su mochila, unas pulseras de gomas de colores que le regalaron. La jornada de reflexión será el día que dedique para descansar y estar con la familia y amigos, ya que durante la campaña le han acompañado en algún acto, pero siempre en un segundo plano.
En su maleta siempre hay cabida para un par de camisas blancas, aunque no todas son de este color, y también música: grupos indie españoles que le ayudan a relajarse en los momentos previos al mitin. «Ratos libres y campaña electoral es una asociación casi imposible», comenta Sánchez. En los desplazamientos siempre hay algo que hacer: una llamada, repasar un informe, preparar el siguiente acto... Pero si encuentra ese «raro momento» de relax procura desconectar leyendo una novela que le aleje de la tensión acumulada en la vorágine electoral. Para mantenerse en forma y despejarse, el líder del PSOE recurre al deporte. Después de su icónica instantánea haciendo «running» por el paseo marítimo de La Concha, Sánchez nos descubre que intenta madrugar mucho para ganar un tiempo precioso para el deporte. «Corro todos los días. Intento no fallar, porque es importante para comenzar bien el día».
Otra de sus aficiones deportivas, el basket, ha dejado la anécdota más tierna de lo que llevamos de campaña. El pasado sábado, Sánchez se sometió en La Sexta a las preguntas de varios ciudadanos. Entre ellos estaba Andrés, un joven con síndrome de Down que comparte su pasión por el baloncesto. Aprovechando este punto en común, el líder del PSOE le convidó a «echarse unas canastas», una invitación que Andrés aceptó de buen grado y que se tradujo en una «pachanga» de Pedro Sánchez con él y otros miembros de su asociación de Burgos. «Fue una de las experiencias más bonitas de mi trayectoria política», reconoce el líder socialista a este diario.
Los traslados entre ciudades son el momento perfecto para leer documentos relacionados con la campaña, tomar notas sobre las ideas nuevas que van surgiendo y que pueden incluirse para dar el toque diferencial al discurso del día o verificar informaciones sobre los territorios que se van a visitar. Aunque las distancias son, en ocasiones, abismales, los viajes se hacen muy cortos. «Me voy imponiendo tareas y me gusta cumplir hasta conmigo mismo», destaca riguroso el líder del PSOE. Ya sobre el escenario la puesta en escena es esencial. El estilo fresco es propio de Sánchez, por ello procura no visionar sus intervenciones a posteriori para no perder naturalidad. «El ciudadano distingue la impostura de la sinceridad, y las operaciones de imagen aportan menos de lo que suele pensarse».
Este rupturismo, Sánchez lo aplica en menor medida a sus intervenciones. Unos discursos en los que utiliza apuntes «para recordar», que prepara él mismo para cada acto. «La improvisación surge cuando estás ya hablando», reconoce. «Eso no se fuerza, surge». Sus alocuciones mantienen la línea argumental de la recuperación justa y el gobierno para la mayoría. Las ideas en las que más incide: la España de las oportunidades y el pacto entre generaciones, unos ejes que apoya con las experiencias que le transmiten los ciudadanos con los que coincide en los territorios que visita. «La política es sumar y yo lo hago con las ideas», concluye.
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