Política

Gobierno de España

Una nueva etapa de crecimiento económico y creación de empleo

La Razón
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Hace tres años, el Partido Popular ganó las elecciones con el respaldo mayoritario de los españoles, que confiaban en que podíamos repetir el éxito de nuestra anterior etapa de Gobierno. La inestabilidad de las principales variables económicas y la dureza de la crisis habían generado una crisis de confianza en la sociedad española. El principal problema de nuestra economía, el endeudamiento externo, estaba en constante crecimiento, espoleado por el excesivo apalancamiento del sector privado y el elevado déficit de las administraciones públicas. Los mercados y los países de nuestro entorno pensaban que no seríamos capaces de hacer frente a nuestros compromisos y todo parecía empujarnos al rescate. En definitiva, la sociedad parecía que no iba a ser capaz, por sí misma, de enfocar la salida de la crisis económica.

El primero en negar la posibilidad del rescate fue el presidente Rajoy. Y todo su Gobierno nos pusimos en marcha para dar la vuelta a la situación. Desde el Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas la prioridad fue sentar las bases para la rápida estabilización de la economía, a través de la reforma institucional de la estabilidad presupuestaria y las decisiones de ejecución de política tributaria y de eficiencia en el gasto. Eran reformas estructurales duras. Pero era lo que había que hacer si queríamos evitar que fuera la troika comunitaria la que entrara a dirigir nuestra política económica. Ya sabíamos las consecuencias que el rescate había tenido para países cercanos a nosotros, especialmente en políticas sociales.

No íbamos a ceder soberanía, ni íbamos a recortar la política social. Por eso, durante estos años, el gasto social del conjunto de las administraciones públicas se ha mantenido, sin disminuir, en el 27,5% del PIB, gracias a que hemos ayudado a las administraciones territoriales a financiar la sanidad, la educación y los servicios sociales, y hemos garantizado el poder adquisitivo de las pensiones. Hemos innovado, creando sistemas de provisión de liquidez para el pago directo desde el Estado a todos los proveedores de las comunidades autónomas y de las entidades locales, a través de los que se han inyectado a la economía, desde 2012, más de 100.000 millones de euros, que han permitido suavizar las consecuencias del cumplimiento de la senda de consolidación fiscal y mejorar la posición de salida de la crisis económica. La seriedad y el rigor de nuestra política, aunque muchas veces incomprendida, han terminado dando sus frutos positivos. Nuestra economía ha experimentado un acelerado proceso de desapalancamiento del sector privado y del sector público, estimulado por las reformas estructurales y por el compromiso del Gobierno con la estabilidad macroeconómica. Como resultado, hemos cumplido con los objetivos de déficit público, e incluso en 2013 alcanzamos superávit estructural primario. Ha sido el esfuerzo de todos, lo que nos ha permitido dar en la economía internacional un mensaje claro de confianza en la gestión económica del Gobierno.

Ahora se ha difuminado la desconfianza y se ha comenzado a rentabilizar el esfuerzo de toda la sociedad en términos de renta disponible, de creación de empleo y de mejora en las condiciones de financiación del sector público y privado. A partir de ahí, España ha recuperado su credibilidad; la prima de riesgo, que llegó a estar en los 639 puntos básicos, hoy se acerca a los 110, y el Tesoro español se financia a unos tipos de interés históricamente bajos. El sector privado, que llegó a tener serios problemas de acceso a los mercados financieros, se beneficia hoy de un notable descenso en los costes de su financiación y de un crecimiento en la capitalización bursátil del Índice General de la Bolsa de Madrid del 43%, en comparación con enero de 2012. A su vez, en los hogares, se ha producido un incremento de la riqueza financiera neta del 40% en comparación con el primer trimestre de 2012, y se percibe ya la mejora en las condiciones del mercado de trabajo. Según los datos de la Encuesta de Población Activa, el empleo ha crecido en 274.000 personas en los últimos 12 meses, y la cifra total de desempleados se ha reducido, en un año, en 515.700 personas.

Todavía queda mucho por hacer, con el fin de extender los resultados del crecimiento económico y de la creación de empleo a toda la sociedad; pero la economía española está ya encarrilada en la dirección correcta del crecimiento económico. Las estadísticas nos avalan, e internacionalmente se reconocen el éxito y la rapidez con los que nuestra sociedad ha podido superar la crisis económica.

En este nuevo escenario económico, que la sociedad española se ha ganado con esfuerzo y sacrificio, afrontamos 2015 con un horizonte de crecimiento y creación de empleo superior al que hemos conseguido en 2014. Será, además, el año de la bajada de impuestos con el doble objetivo de estimular la actividad económica y hacer política social, compensando a las rentas medias y bajas y a las familias por una etapa tan dura que, afortunadamente, estamos dejando atrás.