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Una pugna más cultural que ideológica

Los expertos creen que la fragmentación se ha precipitado por el discurso en defensa de la identidad nacional

El líder del PP, Pablo Casado, en el Congreso / Efe
El líder del PP, Pablo Casado, en el Congreso / Efelarazon

Los expertos creen que la fragmentación se ha precipitado por el discurso en defensa de la identidad nacional.

El año 2018 ha visto cómo el hemisferio derecho del planeta político español ha vivido su revolución particular fundamentada en dos eventos imposibles de predecir: la sustitución de Rajoy al frente del PP y su sustitución por Casado y el hecho de que 400.000 andaluces decidieran acabar de poner patas arriba el mapa conservador confiando su voto a Vox. ¿El resultado? Un panorama inédito que llena de perplejidad a expertos y politólogos consultados por LA RAZÓN. «En España nos hemos levantado de repente un día con la sorpresa de que hay tres derechas, con la particularidad de que dos de ellas no se definen así y llaman ‘‘ultra’’ a la tercera. Vaya lío...», reconoce irónicamente el sociólogo Amando de Miguel. «La verdad es que escuchándoles atacarse unos a otros me parece estar escuchando una comedia de celos de Lope de Vega», bromea.

Lo primero sobre lo que llama la atención la politóloga Verónica Fumanal es que tras la irrupción de Vox en los comicios en Andalucia aún no ha habido una cita electoral a escala nacional que permita ver cómo se han reconfigurado los electorados. «Hasta 2015 el PP lo ocupaba todo, desde el centro hasta la extrema derecha sin competencia alguna. Esa situación ya cambió con la aparición de Ciudadanos, que en Cataluña ha borrado del mapa a los populares. Sin embargo la aparición de Vox es algo completamente diferente: todos pensábamos que la defensa de los valores nacionales estaba bien cubierta pero resulta que no era así». Para Fumanal, Vox es un fenómeno nuevo por su ataque a las élites políticas tradicionales. Se alinea perfectamente con el fenómeno internacional Trump-Bolsonaro-Salvini-Le Pen en su capacidad para romper el eje izquierda-derecha y trasladar el terreno de batalla desde lo ideológico a lo cultural. «En España el PP tiene fama de saber rescatar la economía, arreglar las cuentas, lo sorprendente es que Vox ni siquiera habla de eso. No habla del paro: habla de los toros y de la Semana Santa», subraya. «Por eso todos los que dicen que son de extrema derecha se equivocan estrepitosamente. Mucha gente de izquierdas ya les está votando».

De Miguel también coincide en que el terremoto en la derecha española se ha producido cuando ha aparecido un partido que ha centrado su discurso en la defensa de la identidad nacional frente a sus percibidas amenazas: la inmigración y el independentismo catalán. «El principal activo del PP en este terreno es que su nuevo líder, Pablo Casado, puede cortar con el lastre de ambigüedad que su partido arrastra en su lucha contra los nacionalismos, también con el vasco porque hay que recordar que el origen de Vox está precisamente en la postura ambigua que contra el independentismo vasco inauguró Mariano Rajoy», subraya este experto. El politólogo e historiador Jorge Vilches, considera que otro terreno donde está teniendo lugar el reposicionamiento de las formaciones de derechas es el de la crítica a la corrección política. «Todos tenemos un hermano o un amigo que ha sufrido las consecuencias de la Ley de Violencia de Género de Zapatero y Vox está aprovechando esto con un discurso simplista, fácil y populista». Vilches cree que Cs está posicionándose peligrosamente cerca del PSOE y que si su electorado detecta que su voto va a poner a barones socialistas en el poder puede haber una fuga de votos de hasta un 7% u 8% de vuelta hacia el PP.

Los expertos consultados coinciden en que aún queda mucho tiempo para mayo y que cualquier especulación resulta arriesgada. Pero una cosa está clara: tras la guerra de titulares está teniendo lugar otra guerra soterrada, orgánica, para atraer y fichar a los mejores candidatos a las alcaldías en municipios con menos de 10.000 habitantes, donde no cuentan tanto las siglas y la cara de los líderes nacionales porque se conoce personalmente al posible alcalde. La batalla está siendo especialmente cruenta entre el PP y Vox precisamente en Andalucía y en Extremadura. En cuanto a las europeas, nadie duda que Vox va a salir muy beneficiado de que exista una circunscripción electoral única y que el «voto del miedo» sea totalmente inexistente al no ser percibido el Parlamento Europeo una institución crucial para la vida diaria. Esta situación que parece ser perjudicial para el PP en las europeas se revierte en las autonómicas. En este sentido existe consenso también a la hora de señalar que el partido de Casado ha demostrado ser el más «templado» en la negociación que ha llevado a Moreno Bonilla a la presidencia andaluza.