Reformas estructurales
Una tímida tendencia inversa
A la espera de los datos de la EPA del primer trimestre del año, que se darán a conocer hoy, todo apunta a que siendo malos –en el sentido de que se incrementarán los niveles de desempleo en nuestro país con respecto a la estadística anterior–, resultan más positivos que en otros trimestres anteriores, produciéndose lentamente una menor destrucción del empleo en España. Dicho en otras palabras, comienza tímidamente a vislumbrarse una cierta tendencia inversa a la que ha venido aconteciendo en los últimos años, verdadero tsunami destructivo en nuestro mercado de trabajo. Cuánto de ello es debido a la Reforma Laboral es muy difícil de cuantificar matemáticamente, pero no me cabe ninguna duda de que ha sido principal protagonista de la mejoría (todavía leve) de la tan esperada recuperación de empleo. El mercado de trabajo español ha funcionado mejor tras la aprobación de la reforma que en el mismo periodo de 2011, a pesar de la peor coyuntura económica. Y es que es indudable que las economías en recesión destruyen empleo. La experiencia práctica está demostrando que los acuerdos entre trabajadores y empresarios para aplicar medidas de flexibilidad interna están permitiendo salvar empleos y están aumentando la competitividad de las empresas españolas. Si a ello unimos la responsabilidad de los agentes sociales en medidas menos traumáticas que las puramente extintivas, como la moderación salarial, distribución irregular o reducción de la jornada de trabajo, o de movilidad funcional, se está permitiendo a las empresas ser más eficientes, ganando competitividad. Ello favorece la recuperación de la confianza de inversores extranjeros, y contribuye a explicar en cierta medida el comportamiento del sector exterior. En definitiva, el camino iniciado parece ser el correcto.
Ahora bien, realizado lo sustancial, cabe legítimamente preguntar: ¿Cuándo podremos realmente ver con nitidez un cambio definitivo en los datos de nuestro mercado de trabajo? ¿Para cuándo la creación sólida de empleo? Me temo que habrá que esperar a tener un cuadro macroeconómico general mucho más positivo que el actual. La economía es la que crea el empleo, no tanto la ley laboral. Sin perjuicio de la afirmación anterior, removidas muchas de las rigidices con las que contaba nuestra legislación a través de la reforma, y por tanto eliminados ciertos obstáculos que ocasionaban más paro, es el momento de dar entrada a una segunda oleada de reformas, centradas principalmente en el impulso de la contratación, en propiciar que los empresarios tengan muchas menores reticencias para contratar. Buenas medidas se han adoptado en el ámbito del empleo juvenil, pero convendría generalizar otras, como pudieran ser una simplificación decidida de las modalidades de contratos de trabajo, una apuesta por un nuevo régimen legal del contrato a tiempo parcial (tan útil para crear empleo en determinados sectores productivos), una normativa especial para las pymes, y corregir aquellas ineficiencias que pudieran haber sido más perjudiciales con la nueva normativa. Éste debería ser el objetivo de todos los que no hemos perdido la esperanza de que con las medidas adecuadas, podemos tener «epas» que en el futuro nos den más alegrías.
*Abogado. Profesor titular de Derecho del Trabajo de la Universidad Francisco de Vitoria
✕
Accede a tu cuenta para comentar