Elecciones generales
Usted volverá a votar (casi) lo mismo
Análisis. El PP retendría el 88,9% de sus votantes, frente al 83,6% del PSOE, el 80,9% de C’s y el 80,6% de Podemos. La abstención en unas hipotéticas nuevas elecciones aumentaría del 30,6% del 20-D hasta superar el 35%
Los resultados de las urnas del 20-D sólo dejaban una opción, un amplio acuerdo de las dos grandes fuerzas políticas constitucionalistas que sumarían 213 de los 350 diputados, es decir, el 61% de los escaños del Congreso y de 209 de los 266 senadores, el equivalente al 79% de la Cámara Alta.
Con esta amplísima mayoría, la más contundente de la historia de la democracia española, se aseguraría la estabilidad necesaria para la salida de la crisis económica y se fortalecerían las instituciones del Estado frente a las amenazas que se ciernen sobre España: la interior, personificada por la deslealtad de los independentistas, y la exterior, representada por el terrorismo yihadista y la inestabilidad en el norte de África.
Una decisión valiente y difícil
Esta gran coalición es una decisión política tan valiente como complicada de tomar, pero las circunstancias obligan a populares y socialistas a hacer de tripas corazón. La homologación de la democracia española nacida de la Constitución de 1978 ha tenido que superar importantes pruebas para alcanzar su madurez; el acceso de los socialistas al gobierno en 1982, la alternancia en el gobierno con la investidura de Aznar en 1996, el relevo en la Jefatura del Estado en 2014 y sólo queda una asignatura pendiente, un acuerdo de gobierno entre populares y socialistas, capítulo final de la Transición política española y que inauguraría una nueva era política con la superación definitiva de las dos Españas.
En la jornada del 2 de mayo como límite se debe alcanzar un acuerdo para evitar que al día siguiente el Rey se vea obligado a disolver el parlamento y convoque nuevas elecciones generales. Una repetición de las elecciones permitiría al PSOE evitar tomar esta decisión histórica, pues sería muy probable que de las urnas del 26-J surgiese una nueva mayoría entorno al Partido Popular y Ciudadanos.
La tendencia de las encuestas publicadas en lo que llevamos de año, y especialmente aquellas realizadas tras las sesiones de investidura fracasadas de la primera semana de marzo, auguran un panorama parecido al del 20-D, con ligeros cambios, pero suficientes para desbloquear la situación actual, ya que en las elecciones de diciembre la suma Partido Popular y Ciudadanos alcanzó 163 diputados, quedando a tan sólo 13 escaños de la mayoría absoluta. Ese número de parlamentarios sólo representa el 3,7% de la cámara, por lo que estos dos partidos ya rozaron la mayoría absoluta.
Estas elecciones podrían ser consideradas por algunos una segunda vuelta, con lo que cabría esperar una apelación a la concentración de voto en una fuerza de derechas y otra de izquierdas, pero los sondeos electorales no lo confirman, pues las dos fuerzas de derechas se reforzarían alcanzando en el último sondeo de marzo una horquilla de 169 y 176 escaños; de los cuales 126 a 128 serían del PP, que ganaría de 3 a cinco escaños con respecto al 20-D, y Ciudadanos aspiraría a entre 43 y 48 diputados, por lo que incrementaría su representación parlamentaria entre 3 y 8 escaños.
Porcentualmente los de Rajoy subirían del 28,7% al 29,4% ahora, con un avance de 0,7 puntos y los de Rivera remontarían del 13,9% al 15,3%, mejorando su resultado en 1,4 puntos porcentuales. En resumen, populares y ciudadanos pasarían de 163 a 169/176 escaños y del 42,6% de los votos válidos al 44,7%.
El 88,9% de los que votaron al PP en las elecciones del 20-D lo volverá a hacer ahora. La principal fuga de electores se debe al trasvase de votantes a la abstención, que le cuesta el 6,5% de sus votantes.
Ciudadanos conserva el 80,9 por ciento de sus votantes originales del 20-D. Las principales fugas de votos se localizan entre los que ahora optan por la abstención (12,1%) y los que votarían ahora al PP (4,8%).
Mientras que enfrente, las dos fuerzas más importantes de izquierdas no mejorarían su resultado del 20-D: los socialistas se mantienen muy estables, prácticamente repiten su resultado de diciembre, en el «tracking» de NC Report para LA RAZÓN del pasado lunes el PSOE obtendría el 22%, exactamente el mismo porcentaje de voto que en las elecciones generales de 2015. Pero no así en cuanto a escaños, pues el avance electoral de PP y Ciudadanos restaría diputados al PSOE que pasaría de 90 a 87/89, con una pérdida de 1 a 3 parlamentarios.
Los de Sánchez conservan el 83,6% de sus votantes de diciembre de 2015. La mayor parte del voto que pierde se debe al trasvase de votantes a la abstención que supone el 8,0% del voto socialista. Le sigue en orden de importancia la migración de votantes a Ciudadanos (2,9%) y a Podemos (2,4%).
Podemos baja del 20,6% al 19,4% y pasaría de tener 69 escaños a 63/65. Pierde 1,2 puntos porcentuales y entre 4 y 6 diputados. Mantiene leales al 80,6% de sus votantes del 20-D. Por debajo de los otros tres partidos. La principal razón de pérdida de voto se debe a la abstención del 10,2% de sus electores.
La abstención es, por tanto, la protagonista de una hipotética repetición de las elecciones pues se incrementaría del 30,6% del 20-D al 35,4% el 26-J, creciendo 4,8 puntos.
*Sociólogo
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