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El poder del hábito

Mantener hábitos saludables no es sencillo pero se puede lograr

El poder del hábito
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Durante los primeros meses del año, la mayoría de las personas intenta cambiar sus hábitos. Ya sean los propósitos de Año Nuevo o tener ganas de tomar un rumbo nuevo, la motivación de dejar de fumar, hacer más deporte y comer más sano alcanza un récord en esta época del año. Pero, ¿por qué es tan difícil mantener estos hábitos saludables?

Durante los primeros meses del año, la mayoría de las personas intenta cambiar sus hábitos. Ya sean los propósitos de Año Nuevo o tener ganas de tomar un rumbo nuevo, la motivación de dejar de fumar, hacer más deporte y comer más sano alcanza un récord en esta época del año. Pero, ¿por qué es tan difícil mantener estos hábitos saludables? Para poder disfrutar de un buen entrenamiento, Freeletics opta por mantener unos hábitos saludables y John-Francis, entrenador, nos aconseja estas recomendaciones.

El poder del hábito

El entrenador de Freeletics cree que los hábitos son lo único que te impiden comer más sano y lograr tus objetivos de composición corporal. Eliminar los viejos hábitos e intercambiarlos por patrones nuevos, saludables y conscientes requiere una disciplina constante.

John explica que, al principio, necesitas mucha disciplina. «Solo se requiere una gran autodisciplina para que una acción se convierta en un hábito. Una vez el nuevo comportamiento se convierte en hábito, hace falta menos disciplina para mantenerlo. Tus acciones se volverán automáticas», afirma.

«Céntrate en un solo hábito cada dos semanas. Un hábito que afecte en gran medida al peso y al bienestar. Algo que te aporte resultados. Un hábito que complemente tus objetivos», insiste.

Pequeñas acciones, grandes resultados

Antes de nada, piensa en tus hábitos alimenticios actuales. ¿Qué comida puedes mejorar? ¿Ese desayuno rápido? ¿O esa cena precocinada y con ingredientes procesados que metes en el microondas y está lista en diez minutos?

Piensa en una forma para hacer al menos una de esas comidas un poco más saludable. Tómatelo como un juego: “¿Cómo puedo mejorar esta comida?” Incluso si es un cambio mínimo, sigue siendo un progreso. «Digamos que comes algo dulce con gran cantidad de hidratos de carbono por la mañana y luego te sientes inquieto, perezoso y cansado. Intenta cambiarlo por un desayuno con un alto contenido de proteínas con menos hidratos de carbono y con un poco más de grasa. Pruébalo para que veas como funciona. Si te gusta complacerte con un postre en la cena, busca una alternativa que te ofrezca la misma sensación de recompensa y de satisfacción. Por ejemplo, un paseo de 10 minutos después de tu última comida del día o ver tu programa de televisión favorito con una rica taza de té», aconseja el entrenador.

Más es menos

«En vez de sustituir alimentos, también puedes simplemente añadir otros. Esto tiende a ser mucho más fácil. Cuando empiezas una dieta nueva, en vez de reducir, restringir o prohibir algo sabroso y poco saludable, añade algo. Puedes incluso tomarte una pieza de fruta después de comer o añadir alimentos con más proteínas en el desayuno. De esta forma ¡es casi imposible hacerlo mal! La nutrición es sencilla, pero no es fácil», explica.

Dos hábitos poderosos

No solo necesitas mejorar la comida que pones en la mesa. También, debes prestar atención a tu forma de comer.

Mastica más, un estudio ha demostrado que las personas delgadas mastican hasta 45 veces.

Come despacio y para cuando estés lleno al 80 %, la sensación de saciedad se activa unos 15-20 minutos después de dar el primer bocado. Por lo que, tómate tu tiempo.