Méntrida y Cebreros

Bodegas Arrayán, 25 años interpretando un paisaje inédito

Una nueva imagen de los vinos con una diferenciación clara dependiendo de los paisajes y los suelos de donde proceden

María Marsans con sus hijos Alejandro y Mariana
María Marsans con sus hijos Alejandro y MarianaCarmen Fuentes Comunicación

Innovación, evolución e incorporación de nuevos conceptos vinícolas en pos de la más fiel interpretación del paisaje son los rasgos que mejor identifican los criterios que han determinado la trayectoria de Bodegas Arrayán, que celebra en estos días su 25º Aniversario. Veinticinco años de vida que han supuesto una evolución importante en sus diferentes gamas de vinos, familias que hoy se presentan con una nueva imagen y con una diferenciación clara dependiendo de los paisajes y los suelos de donde proceden. Méntrida y Cebreros son las dos zonas vinícolas en las que Arrayán muestra todo su potencial, con unos vinos personales, singulares y auténticos, y que divide en cuatro familias: Finca La Verdosa, Selección, La Suerte y El Bufón de Arrayán.

El proyecto nació en 1999, como iniciativa personal José María Entrecanales y María Marsans, con un evidente trasfondo de pasión vinícola. Los propietarios de la finca “La Verdosa”, en Santa Cruz del Retamar (Toledo), estaban convencidos del potencial que atesora este terruño para desarrollar una viticultura de calidad, aun cuando no existían antecedentes vitivinícolas en este paraje.

Si el desafío de los fundadores de Arrayán fue de por sí audaz, aún más valiente se antoja la decisión de incorporar a Maite Sánchez, que se sumó al proyecto en 2009 para orientar la nueva gama de vinos de la bodega hacia las variedades autóctonas –albillo real y garnacha - procedentes de un entorno único, dando a luz vinos que han llegado al corazón de una nueva generación de consumidores, sensibles no solo a los matices organolépticos, sino también a la sostenibilidad en los procesos de viticultura y elaboración.

En Arrayán, la sintonía con esta nueva generación de amantes del vino es evidente, tanto en lo que respecta al trabajo de Maite Sánchez, como a la labor de María Marsans, que asumió la responsabilidad de dirigir la bodega en 2009 y que, en la actualidad, ya ha comenzado a ceder el testigo de esta aventura a sus hijos Alejandro y Mariana.

Desde sus inicios, el objetivo de Arrayán ha sido lograr que la viña manifieste con rotundidad la expresión de cada terruño. Para ello, practica una viticultura respetuosa con el medio ambiente, evitando el empleo de herbicidas e insecticidas, favoreciendo la biodiversidad y el equilibrio. Desde 2016 cuenta con la certificación ecológica tanto para sus viñedos como para la propia elaboración en bodega.

En el lagar se sigue esta misma filosofía y se realizan fermentaciones espontáneas con las levaduras propias de la uva, sin adición de productos enológicos, con el fin de obtener la máxima pureza y que los vinos reflejen la identidad del paisaje. El proceso de crianza es fundamental para llevar a buen término estos objetivos, y se lleva a cabo priorizando la expresión de la fruta, trabajando con distintas tonelerías y volúmenes de barricas.

Las uvas de cada viña se vinifican por separado para dar a conocer la personalidad de las distintas fincas y pueblos. Las enormes diferencias entre suelos, variedades, altitudes y exposiciones, transmiten la personalidad única y tipicidad de los diferentes vinos.

La Verdosa:

La Finca “La Verdosa” está situada en el noroeste de la provincia de Toledo, en el término municipal de Santa Cruz del Retamar. Es muy arbolada, con primacía de encinas centenarias y abundante romero, tomillo, jara y lavanda. Su fauna está compuesta por gamos, ciervos, jabalíes, liebres, perdices y distintas especies de aves rapaces.

En 1999 se plantó el viñedo en el extremo noroeste de la finca en una parcela ubicada entre 470 y 510 metros de altitud. La viña ocupa 26 hectáreas con cepas de las variedades syrah, merlot, cabernet sauvignon y petit verdot. Aquí nacen nuestros vinos Arrayán Selección Rosado y Arrayán Selección Tinto.

Esta plantación se modificó en los años 2014 y 2015 con los injertos de variedades experimentales en cepas de merlot. Con el objetivo de investigar la potencialidad de algunas variedades que ahora pueden considerarse minoritarias pero que en su momento se cultivaban en esas tierras, se injertaron en la finca 8 variedades autóctonas minoritarias, localizadas con ayuda del IVICAM (Centro de Investigación de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha) como son garnacha peluda, garnacha gris, garnacha blanca, mizancho, rufete, bruñal, moravia agria y graciano. Este es el origen de los vinos de Finca La Verdosa: Arrayán Graciano, Arrayán Garnacha Peluda y Arrayán Garnacha Blanca y Gris

Almorox:

Uno de los objetivos de Bodegas Arrayán es la recuperación de viñedos singulares de su entorno, que por su bajo rendimiento estaban condenados a su desaparición.

Con este propósito, Arrayán ha conseguido recuperar dos hectáreas de viñedo de albillo real en el término de Almorox (Toledo) a unos 600 metros de altitud, que fueron plantadas en 1942 sobre suelo arenoso de origen granítico.

Albillo real es una variedad de porte rastrero muy temprana, de alto contenido en azúcar, con la piel muy dorada y de hollejo fino. Es poco vigorosa, escasamente productiva y de brotación precoz. Posee una larga tradición como uva de mesa por su concentración de sabor, a pesar de su pequeño tamaño. Actualmente se elaboran pocos vinos con esta variedad, uno de ellos es La Suerte de Arrayán Albillo Real.

El Real de San Vicente:

El Real de San Vicente se encuentra a una altitud de 750 metros en las laderas toledanas de la Sierra de Gredos. Esta altitud provoca una diferencia térmica importante día-noche, que es especialmente beneficiosa en la época de maduración de la uva. Los suelos son arenosos de origen granítico, con algo de cuarzo.

Las viñas de garnacha con las que Bodegas Arrayán elabora La Suerte de Arrayán Garnacha datan de mediados del siglo XX.

La combinación de altitud, suelo de granito y edad de las cepas aporta una personalidad única a los vinos, dotándoles de una finura y un frescor que los diferencia de garnachas de otras zonas.

Cebreros:

Cebreros está situado en plena Sierra de Gredos en la provincia de Ávila. Históricamente es una de las zonas productoras de vino más antiguas de España.

El Bufón de Arrayán Garnacha se elabora a partir de una única viña plantada en 1950, sobre suelo de pizarra, ubicada en el puerto de Arrebatacapas a una altura de 980 metros y con una pendiente del 32%.

El clima es marcadamente continental y con una gran diferencia térmica día-noche en periodo de maduración que puede llegar a más de 20ºC.

Tanto el suelo de pizarra como la altitud contribuyen a obtener un fruto muy concentrado y con enorme personalidad que confieren a este vino un marcado carácter mineral.

En esta zona vinícola también se elabora El Bufón de Arrayán Albillo Real proveniente de viñas viejas plantadas en suelo granítico a 700 metros de altitud.

En 2024, Bodegas Arrayán no solo celebra un cuarto de siglo de trayectoria sino que también abraza una nueva etapa de grandes posibilidades. A lo largo de estos 25 años, hemos redefinido nuestra viticultura, honrando la riqueza y diversidad de nuestros paisajes con vinos que cuentan las historias que hemos vivido. Cada botella de Arrayán es un reflejo de nuestro compromiso con la calidad y la sostenibilidad, un tributo a la pasión y la innovación que han guiado nuestro camino desde el principio.