La Fiscalía de Los Ángeles se querella contra Weinstein el mismo día que arranca su juicio en Nueva York

Harvey Weinstein llegaba ayer al tribunal de Nueva York con su habitual sosiego, sonriente y ayudándose de un andador. Sin embargo, parecen ser pocos los motivos que tiene el ex productor para estar tranquilo, ya que se enfrenta a cinco cargos distintos que podrían condenarle a cadena perpetua. El primer paso ahora es formar el jurado, un proceso que parece que será largo al tratarse de un caso muy mediático. Por si fuera poco, unas horas después de que Weinstein llegara a Manhattan se hacía pública la noticia de que los fiscales de Los Ángeles han emprendido otra acusación aparte contra su persona por dos nuevos casos de abusos sexuales que ocurrieron en 2013. Se le acusa de haber violado a una mujer en un hotel el 18 de febrero, y tan solo un día más tarde habría agredido a otra.

Rosanna Arquette y Rose McGowan, dos de las actrices que han encabezado la lucha contra Weinstein, también acudieron ayer a la puerta del juzgado en Nueva York y comparecieron ante la prensa. Arquette, que acusó a Weinstein de truncar su carrera después de que ella no aceptara sus proposiciones, ha defendido que el comienzo de esta nueva década debe suponer el fin “del acoso sexual en todos los lugares de trabajo”, añadiendo que el silencio que ha dominado hasta ahora y que ha beneficiado “a los abusadores como Weinstein” se ha acabado. McGowan, por su parte, hizo referencia a la apariencia física del acusado apuntando que “ha tomado algunos buenos consejos de actuación”.

Una de las grandes dudas que sobrevuela el juicio es saber si Anabella Sciorra, actriz de “Los Soprano”, testificará contra Weinstein, al que acusó de haberla violado en los noventa. A pesar de que el delito habría prescrito, todo apunta a que finalmente se aceptará su acusación y hablará en el juicio. Donna Rotunno, la abogada del cineasta, calificó irónicamente a Sciorra como “una excelente testigo”, haciendo alusión a que ha estado toda su vida “actuando para ganarse la vida”. Rotunno habló también con la CNN y reconoció que su cliente será “el primero en decir que hizo cosas malas”, pero negó que se trate de un criminal. Se refería así a las infidelidades que Weinstein cometió con diversas mujeres mientras estaba casado, pero insistió en defender públicamente que no estamos ante un violador.

La situación parece de todo menos favorable para el neoyorquino. El juez del caso ha anunciado que podrá admitir nuevas pruebas y ha rechazado a un testigo que había propuesto la defensa de Weinstein. Más de 80 mujeres le acusan, y el movimiento que surgió después de que estos acontecimientos salieran a la luz, el ya mítico “MeToo”, ha abierto una puerta que puede traer consecuencias nefastas contra el hombre que un día reinó Hollywood.