Anna Vives: «Me encantaría ver mi letra en las latas de Coca-Cola»

A Anna siempre le apasionó escribir. Además, sus trazos son muy llamativos porque mezclan a la vez letras mayúsculas y minúsculas. Su caligrafía es tan especial que sus compañeros de trabajo comenzaron a llamarla «la chica de la letra preciosa». Y por ello, decidieron que Anna crease su propia tipografía. Sus letras han dado al vuelta al mundo y viajan a más de 300 km/h: Jorge Lorenzo las lleva plasmadas en su caso y el Fútbol Club Barcelona las llevó en sus camisetas. Incluso, estuvo nominada a persona catalana del año. Ahora, esta joven de 28 años y con síndrome de Down cuenta la historia de su vida en el libro «Si crees en mí, te convenceré» (Planeta), con ayuda del escritor Francesc Miralles.–¿Qué son las letras?

–Las letras son mi vida. Siempre me ha gustado mucho escribir y pintar. Soy capaz de expresar lo que tengo dentro haciendo esto. Me apasiona pintar, sobre todo con el color naranja. Este color tiene mucho carácter e intensidad.

–¿Qué letra es su favorita?

–La letra «t» es mi preferida, a veces escribo esta letra tan fuerte que rompo el papel. Me gusta expresarme a través de la escritura.

–Cuando era niña le pedía a los Reyes Magos artículos de papelería en vez de juguetes, ¿por qué?

–Yo de pequeña era feliz con un bloque de 200 hojas blancas. En ellas podía pintar todo lo que se me ocurriese, lo que me gusta, lo que no, y hacer dibujos. Por eso prefería pedirles papeles, bolígrafos o carpetas.

–Me dicen que es una persona muy organizada.

–Tengo una agenda en la que apunto todas mis cosas. Soy muy meticulosa y ordenada. Necesito tener cada hora del día plasmado en mi agenda. Con esto estoy tranquila y feliz. Si algo se descuadra puedo perderme un poco, por eso me apunto todas las cosas.

–¿Cómo surge la idea de crear una tipografía propia?

–Estaba en casa sin trabajar y llegué hasta la Fundación Itinerarium. Allí me ayudaron, comencé a hacer mecanografía y luego caligrafía. A todo el equipo le gustaba mi letra y se les ocurrió que podíamos digitalizarla para crear mi propia tipografía.

–¿Cómo fue el proceso de crear «Anna»?

– Estuvimos un año trabajando en este proyecto hasta crear los 126 caracteres que la forman. Fue un proceso muy lento, que llevó mucho trabajo y en el que colaboramos muchas personas. Crear cada letra nos llevaba varios días, pero gracias al trabajo de todo el equipo logramos hacerlo.

–Aunque no es alpinista, ha tenido que escalar muchas montañas. ¿Cuál ha sido la que más le ha costado?

–Cuando tenía once años tuve que pasar del colegio ordinario, en el que estaba con mis hermanos, a una escuela especial. Fue un cambio muy duro ya que dejé de estar con ellos. Pasé una época difícil, pero logré salir adelante.

–Le encantan las series de televisión. ¿Cuáles son sus favoritas?

–Me gustan aquellas que tratan temas de la vida cotidiana. En las que sus protagonistas son familias en las que hay conflictos, se enamoran, o siempre existe alguna persona mala. Me encanta ver «La Riera».

–Además de escribir y pintar, ¿ con qué disfruta?

–Me gusta hacer deporte. Ahora me veo más guapa y me siento mejor conmigo misma. Cuando estoy contenta me gusta salir a cenar con mi familia. Me encanta pedir espaguetis con tomate y hamburguesa con queso y patatas (ríe).

–Todos los lunes colabora de voluntaria en una ONG. ¿Qué hace allí?

–Ayudo a gente pobre o con problemas. Allí ordeno ropa o material de higiene para las personas que lo necesitan. Disfruto muchísimo ayudando a los demás y me siento mejor.

–El público le seleccionó como personaje catalán del año y finalmente quedó tercera. ¿Qué supuso para usted?

–Quedé tercera entre siete millones de catalanes... ¡ni me lo creo! (Ríe). Mis padres se sintieron felices como perdices. Toda mi familia estuvo muy orgullosa por mi rendimiento y esfuerzo. Ése fue el mayor premio para mí.

–¿Ha cambiado algo su vida desde que es un personaje público?

–La gente me dice que soy famosa, pero yo sigo haciendo lo mismo que hacía antes. A veces la gente quiere hacerse fotos conmigo y me gusta.

–¿A quién le gustaría regalar su libro?

–A mis padres. Ellos apostaron por mí desde pequeña, aunque toda mi familia es muy especial para mí, me acompañan siempre. Sobre todo mi hermano Marc, que va conmigo a todas partes.

–¿Dónde le gustaría ver su letra plasmada?

–Me encantaría verla en las latas de Coca Cola y Fanta, me haría muchísima ilusión. Este refresco me apasiona, aunque no puedo tomar mucha porque tiene demasiada azúcar.

–Tiene su propia letra para decirle lo que quiere al mundo. ¿Qué mensaje le lanzaría?

–Le diría que sumando capacidades se pueden realizar los sueños. Así es como yo pude crear mi letra: con el trabajo y el esfuerzo de muchas personas que apostaron por este proyecto.

–Andrés Iniesta es su padrino. ¿Cómo es él?

–Es buena persona y un ser amable. Se ha portado muy bien conmigo. Incluso un día entrenamos los dos juntos. Además me regaló una camiseta y unas zapatillas de fútbol.

–En una ocasión, después de una carrera, subió a lo más alto del podio junto a Jorge Lorenzo. ¿Cómo se sintió?

–Fue un sueño, me empapó con la botella de cava. Todo eso fue una pasada. Me sentí muy feliz y mis padres me vieron en la tele desde casa, ellos no se lo esperaban y alucinaron. Fue una gran sorpresa para todos nosotros. En ese momento, pude representar a todo el colectivo de personas con Síndrome de Down.

–Ahora es un ejemplo a seguir y le pueden oír muchas personas. ¿Le gustaría pedir algo?

–Me gustaría que se siga apostando por la dependencia, es muy importante para todos nosotros. También desearía que se apostase porque las personas con síndrome de Down pudiésemos trabajar, tan sólo un 5% de nosotros tiene trabajo.