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Araceli Segarra: «Me da vértigo la política de este país»

Profesión: escaladora, escritora e ilustradora, conferenciante. La primera española que conquistó el Everest.. Nació: en 1970, en Lérida.. Por qué está aquí: por su libro «Ni tan alto, ni tan difícil» (Bridge).

Araceli Segarra: «Me da vértigo la política de este país»
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– «Ni tan alto, ni tan difícil». ¿Qué tienen las reflexiones de una escaladora que no tengan las de un oficial administrativo?

–Me imagino que son las mismas desde otra perspectiva.

–Y yo me imagino que las suyas son reflexiones de altura...

–Al menos las he pensado en las alturas, pero no son pretenciosas ni pedantes.

–«Las cosas no son tan complicadas como las pintan», escribe. ¿Se lo cuenta a Artur Mas o a Rajoy?

–A los dos a la vez. Pero a estas alturas, no voy a entrar en política.

–Claro: se entra y no se sabe cómo se sale...

–Por eso y porque me marea. Me da vértigo la política española. Nos han perdido el respeto. Se creen que somos tontos.

–Y a lo peor aciertan. ¿El hecho de vivir al límite en la montaña ayuda a encontrar aparcamiento en la ciudad?

–No. Te ayuda a no cabrearte por no encontrarlo.

–Cita a Elliot: «Sólo aquellos que se arriesgan a ir demasiado lejos descubren hasta dónde pueden llegar». ¿Usted ya lo sabe?

–Todavía no. Sé lo que no haría nunca: arriesgar la vida de un compañero.

–¿Y la propia?

–La arriesgas cada vez que sales de casa. Y muchas veces sin salir.

–Dice Andreu Buenafuente, su prologuista, que tiene un divertido punto de locura...

–Lo tengo. Sin un poco de locura el mundo sería infumable. Dijo Gandhi que no se había suicidado gracias al sentido del humor.

–«Pensar siempre cansa más que hacer», dice. No sé qué diría Kant de eso...

–Ni yo. Yo le diría a Kant que el movimiento se demuestra andando.

–«El mejor regalo que la vida te puede hacer es una pasión». ¿Es lo que le pidió a los Reyes Magos hace tiempo?

–Les pedí una máquina de coser, pero como no me trajeron, me conformé con la pasión que tenía a mano.

–Le aburren la monotonía y las certezas. Así, mejor no casarse nunca, ¿eh?

–O casarse más de una vez o hacerlo con unos trillizos.

–Ya: debe ser divertido no estar segura de con quién estás en la cama...