Bruselas
Arnault transfiere a Bélgica parte de su fortuna
El 'emperador' del lujo y cuarta fortuna mundial según "Forbes", el francés Bernard Arnault, tiene cada vez un pie más cerca de Bélgica.
El 'emperador' del lujo y cuarta fortuna mundial según "Forbes", el francés Bernard Arnault, tiene cada vez un pie más cerca de Bélgica. Allí no sólo posee una vivienda en un barrio 'chic' y residencial de las afueras de Bruselas, sino también varias direcciones profesionales y una sociedad, Pilinvest, a la que según revelaba ayer el diario galo "Libération"habría transferido en el último año una parte importante de su patrimonio personal. Concretamente, 6.000 millones de euros. Es decir, el 31 % del capital de Grupo Arnault, el holding familiar que controla al gigante Louis Vuitton-Moët-Hennessy (LVMH), conglomerado al que pertenecen firmas como Vuitton Dior, Givenchy o Loewe entre otras, además del usufructo que posee sobre el 48,5 % del capital de dicho holding y del que sus cinco hijos tienen la nuda-propiedad. Esto es la titularidad de una propiedad de la que por el momento no tienen el disfrute.
La transferencia habría tenido lugar el 7 de diciembre de 2011. Según "Libération", el 80 % de los dividendos abonados por 'Groupe Arnault' al patrón del LVMH "aterrizarían en Bruselas". Y los primeros traslados de activos al país vecino, donde la fiscalidad es más ventajosa que en Francia, habrían comenzado en 2005.
Sin embargo, el entorno del magnate del lujo que ayer reconocía la operación sigue desmintiendo que sea por motivos puramente fiscales. Sino para "garantizar la perennidad e integridad del grupo en caso de muerte accidental"aseguraban ayer fuentes cercanas.
De hecho, si Arnault falleciera en los próximos diez años, tantos sus acciones como las de sus hijos pasarían a 'Protectinvest', una fundación privada belga ligada a la sociedad Pilinvest y llamada a desaparecer en 2023, cuando el más joven de los descendientes del hombre más rico Francia cumpla 25 años. "Durante este periodo, los hijos cobrarían los dividendos pero no podrían vender sus partes ni ejercer su derecho de voto", explica "Libération". Una manera de evitar el desmembramiento y dislocación del negocio en caso de disputa entre sus herederos sobre el futuro del 'imperio' paterno cuya dirección asumiría un comité de sabios, además de "asegurar los intereses"de su progenitura. Ahora bien, ¿por qué no hacerlo en Francia? Porque según esas fuentes, este "complejo montaje financiero"no es posible en suelo galo.
Pero dicha fundación permitiría también aliviar los derechos de sucesión que un día u otro tendrá que satisfacer Bernard Arnault, de 63 años, cuya fortuna ascendería a 22.000 millones de euros según la revista Forbes. Sobre los activos transferidos a dicha institución privada, sería necesario extender unos "certificados"a sus hijos mediante donación ante notario. Según el derecho belga, si Arnault siguiera viviendo tres años después, sus herederos directos estarían exentos de tributos. Por el contrario, si falleciera los derechos ascenderían al 3 %, un tipo irrisorio si se compara con el 40 % que, en concepto de impuesto, tendrían que abonar en Francia. El único requisito es que tanto Bernard Arnault como sus hijos sean residentes fiscales en Bélgica, una eventualidad que el interesado negaba hace unos meses asegurando, frente a los rumores de exilio fiscal, que seguirá pagando sus impuestos en Francia.
Precisamente, el dueño de LVMH ya levantó una gran polémica el pasado mes de septiembre cuando se conocieron los trámites emprendidos por el rico empresario para obtener la doble nacionalidad franco-belga. En su descargo, adujo entonces motivos personales pero no fiscales. También negó que se tratara de un "gesto político"de desaprobación tras la reciente elección del socialista François Hollande a la presidencia de Francia y contra su política de persecución a las grandes fortunas a las que se pretende gravar elevando el tipo impositivo del impuesto sobre el patrimonio además de la retención del 75 % sobre todos los ingresos que superen el millón de euros.
Sin embargo, la solicitud de nacionalidad se ha topado ya con varios obstáculos. Los informes negativos del Ministerio del Interior y de la Fiscalía, que tienen dudas sobre la estructura de las distintas sociedades de Arnault en Bruselas, y de las que sospechan sean "simplemente buzones"donde recibir correspondencia. Aunque la decisión final la tiene entre sus manos la Cámara belga de los diputados.
Herencia controvertida
La sucesión está asegurada en el emporio LVMH. Si los cinco hijos de Bernard Arnault, resultado de sus dos matrimonios, son legalmente herederos, los dos mayores, fruto de su unión con Anne Dewavrin, ostentan ya destacados cargos dentro del organigrama de la multinacional. Delphine, de 37 años, es administradora del grupo mientras que su hermano Antoine, dirige el departamento de comunicación de la marca Louis Vuitton.
Aunque todavía no está en edad de asumir responsabilidades, el resto de su progenitura, tres varones de 13, 17 y 20 años con su actual esposa, la pianista canadiense Hélène Mercier-Arnault, ya se prepara para el futuro relevo.
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