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Belén Esteban prepara sus memorias

Esteban celebró el sábado su cumpleaños
Esteban celebró el sábado su cumpleañoslarazon

Va de mirar hacia atrás sin ira ni protesta, aunque de eso hay, hábilmente disfrazado, en las memorias de Aznar y de Felipe González, ya poco asiduo a Tánger en donde pensó construirse una casa, justo al lado del imponente Hotel Mirage, tan querido por Carmen Ordóñez. Es una playa única y poco visitada y, aunque el proyecto no pasó de los cimientos, sí fue un pretexto estupendo para no despertar sospechas de su ya mal avenido matrimonio con Carmen Romero, ya que le permitía escaparse varios días de casa para supervisar las obras. La morería siempre encandila, como en la serie de Adriana Ugarte en la que la actriz se transforma en una Sira de carne y hueso. Ha sido una auténtica consagración para Alba Flores, que hace de perfecta criada indígena. Se podría hacer todo un estudio de gestos y miradas de sumisa lealtad. Otra que presentó hace relativamente poco sus memorias fue Lola Herrera. Los recuerdos parecen no causarle amargura –aunque bien podrían– y, así, se abstiene de mencionar en su «Me quedo con lo mejor» al actorcillo que la estafó sentimentalmente durante siete años y a la cómica –lo era, lo era– que desbarataba las mejores situaciones escénicas de «Alicia en el París de las Maravillas». Se pasa de discreta y respetuosa.

Me resulta imposible predecir qué hará Belén Esteban tras los consejos, orientaciones y siete meses de conversaciones mantenidas con Boris Izaguirre en el Wellinton con motivo de la empresa autobiográfica que ha emprendido. Es un experto en escribir culebrones, ojo. «¡Ah, es el hotel de los toreros!», advirtió ella cuando el ahora Pigmalión literario de Boris la citó por primera vez en un lugar que esconde sueños taurinos y más de un encame. Quizá es una estrategia para confrontar algunas batallas que se avecinan, como la disparatada presunta querella de María José Campanario tras hacer un repaso de los comentarios de Belén durante los últimos cuatro años. Jesulín no dice ni mu, la deja hacer transformado en un comodón Don Tancredo, haciendo patente que ya hace tiempo de su atrevimiento torero –que no hizo historia–. Pero podrían hacerlo estas páginas que saldrán a la venta en Navidad, si todo sale como han previsto. «¿Te convertiste en una especie de desahogo y guía de Belén?», le comenté al venezolano, justo después de que se confirmara a Miss Venezuela como nueva Miss Universo. Ya es la séptima que consigue ese título; nadie puede arrebatar a la patria bolivariana el mérito de generar guapas internacionales. Ya bate el récord gracias a Osmel Souga, que las coge siete meses antes y las transforma tras anotar sus defectos y potenciales. «Me gustaría hacer algo similar en España», me dijo recientemente en Miami cuando coincidimos en la «fashion week» que allí se celebraba. Allí, Anita Obregón hizo de «alcachofera» intrépida, micrófono en mano, y entrevistó nada menos que a Yola Berrocal. La distancia es el olvido, no cabe duda, y allí no regalan nada, como Boris ha hecho con sus consejos a Belén, casi siempre observados por los pasmados José Bo- no y Eduardo Zaplana, habituales del Wellington de Velázquez. «Yo escribí el prólogo y le recomendé qué hacer para darle tensión al relato. No son memorias, más bien reflexiones autobiográficas. A Belén le pareció oportuno recopilarlas al cumplir 40 años», me explicó. Yo, curioso, le pregunté si se escribirá bajo la típica fórmula de «pregunta-respuesta». «No, todo es en primera persona, recordado con mucho sentido del humor. Eso es lo que convierte a Belén en un personaje único. Sin duda, en este momento es la mujer más interesante de España. Su espontaneidad abruma». Una sentencia inapelable.