El último capítulo de la batalla legal Corinna Vs Don Juan Carlos

Corinna Larsen ha desplegado todo su glamour en el majestuoso edificio del Tribunal Superior de Londres donde esta semana ha tenido lugar el último capítulo de la larga y compleja batalla legal iniciada a finales de 2020 contra Juan Carlos I. La ex amante del emérito le reclama 146 millones de euros en concepto de daños y perjuicios por la supuesta campaña de acoso ante su negativa a retomar la relación y devolver los casi 65 millones de euros transferidos «por gratitud y amor».

A lo largo de los cuatro días que ha durado la última vista, la empresaria danesa alemana ha desfilado con «looks» impolutos consciente de que la moda siempre habla de uno y, ante la ley, se convierte en un arma que puede condicionar la opinión del juez, cuyo veredicto no se espera hasta finales de año.

Desde el mediático juicio de Johnny Depp y Amber Heard hasta el de Gwyneth Paltrow, los «outfits» de los protagonistas son analizados minuciosamente ya que cada accesorio y prenda manda un mensaje. Y Larsen, como experta en relaciones públicas, no deja ningún detalle en manos del azar. Es más, aparte del bufete de abogados, tiene un extenso equipo de personas que examina cada noticia que sale sobre ella en la prensa, sobre todo en la española.

Durante todos estos años, el complejo proceso legal ha estado discutiendo las cuestiones preliminares que afectan a la inmunidad del Rey, con un debate legal sobre si el que fuera Jefe de Estado actuó dentro del ámbito privado o público. Después de que en marzo del año pasado, el juez del Tribunal Superior de Justicia británico Matthew Nicklin denegara a Don Juan Carlos la inmunidad, sus abogados apelaron la decisión y a finales de 2022, el Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales dictaminó que los actos ocurridos en los años previos a su abdicación en 2014 gozan de inmunidad y no pueden ser juzgados en territorio británico.

Amenazas

La justicia, por tanto, no examinará algunos de los hechos más controvertidos que alega la ex amante, como la visita de 2012 a Londres presuntamente amenazante del entonces director general del CNI, Félix Sanz Roldán, o la intrusión de un equipo de operativos de la empresa de seguridad EULEN, a las órdenes de Sanz Roldán, en su apartamento de Mónaco para robarle documentos.

El antiguo Jefe de Estado español niega «enfáticamente» que haya cometido o dirigido cualquier tipo de acoso a la demandante y rechaza sus alegaciones de lo contrario como falsas. Su defensa pide a la justicia británica que rechace la demanda con el argumento de que «no tiene posibilidades reales de salir adelante». El letrado Adam Wolanski, del bufete británico Velitor Law, aseguró en varias ocasiones que la demanda se trata de un «auténtico caos» por varias razones. Una de las principales, según relató, es que, durante el periodo en el que se produjeron las supuestas amenazas, Larsen concedió varias entrevistas en las que hablaba de la buena relación que mantenía con Juan Carlos I.

El letrado es especialista en difamación, privacidad, abuso de confianza y todas las demás áreas de la ley de medios e información. Su trabajo más reciente incluye la exitosa representación por difamación de Johnny Depp contra el tabloide «The Sun». El bufete británico Velitor Law es el tercero que contrata Juan Carlos I. El despacho de abogados londinense Carter-Ruck, que hasta el pasado diciembre le representaba en el procedimiento, ha presentado una demanda civil contra él en los tribunales de la capital británica por un presunto incumplimiento de contrato.

Larsen, por su parte, considera que el presunto acoso le provocó ansiedad y depresión, así como pérdida de ingresos por una supuesta campaña para desprestigiarla.