Morfopsicología

Lo que el Rey Juan Carlos no sabía de Corinna Larsen

Paloma Ramón Rubio, experta en comunicación no verbal y morfopsicología, analiza el rostro de la alemana

Corinna zu Sayn Wittgenstein
Corinna zu Sayn WittgensteinEuan Cherry / AvalonGTRES

Corinna Larsen tiene una psicología basada en la hiposensibilidad y cuenta con un marco dilatado que afecta a cómo percibe el entorno al ser hiposensible con el exterior, lo que provoca que tenga la capacidad de salir de cualquier vicisitud que le suceda, como le está ocurriendo ahora con Juan Carlos I». Esto no lo decimos nosotros, lo asegura Paloma Ramón Rubio, experta en comunicación no verbal y morfopsicología que lleva años analizando a los rostros más conocidos del panorama social.

A raíz de la emisión de los primeros episodios del podcast de la alemana, «Corinna y el Rey», son varios los interrogantes que surgen sobre su verdadera personalidad más allá de la imagen afable que intenta proyectar de cara a la opinión pública. Su primer marido, Philip Adkins, y también algunos conocidos, ya han pintado un retrato de Larsen que, cuanto menos, resulta impactante.

Es por eso que la psicóloga contactada por este periódico despeja todas las dudas sobre todo aquello que no siempre se ve: «Ella tiene una frente muy alta, no tiene surco a la mitad y no se le hunde ninguna raya, sino que es plana. Esto habla de una mujer ideadora con muchas rumiaciones. En lo que respecta al Rey, ella no se ha cansado de darle vueltas a cómo enfrentar esa situación porque para ella es una parte muy desarrollada de su personalidad. Los ojos separados y sus párpados acolchados hablan de una mujer inteligente, pero con una inteligencia manipulativa», asegura esta profesional del sector de la psicología. Y añade: « Vemos que las aletas de la nariz son vibrantes y con forma de toro, lo que simula un enfado porque se le marcan las aletas laterales. Cuando una nariz es tan corta como la suya, estamos ante alguien con un genio bastante explosivo y una persona bastante vengativa, no solamente por el dinero, sino porque siente herida una parte muy importante para ella, que es el ego. Corinna es una mujer altiva y orgullosa, que no se deja pisar facilmente. Ella no va a ser introspectiva y no va a mirar nunca hacia dentro, solo hacia la imagen que proyecta», explica. Por último, y respecto a la zona instintiva formada por la mandíbula y la boca, el resultado en su caso no es otro que el de «una mujer a la que le gusta el reconocimiento social y que cuenta contactos buenos, pero siempre a nivel superficial». Según la experta, «engrosa un entorno a su alrededor donde las personas con las que se comunica hacen que llene su parte más instintiva, y para ello buscará a un tipo de personas que le reporten un beneficio de cara a sus deseos, y que no tienen que ver con la emocionalidad». Corinna Larsen, ¿ángel o demonio?