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Churchill, el mujeriego
Con las bibliotecas repletas de biografías de Winston Churchill, es difícil justificar la publicación de un título más dedicado al emblemático político británico.
Con las bibliotecas repletas de biografías de Winston Churchill, es difícil justificar la publicación de un título más dedicado al emblemático político británico. Sin embargo, el autor Michael Suelden ha conseguido estos días que toda la Prensa se vuelque con su nuevo libro. ¿El éxito? Presentar al primer ministro como nunca antes se había hecho: como un auténtico "Latin lover"que estuvo a punto de ver cancelada su boda cuando su prometida descubrió que, tan sólo tres semanas antes de darse el sí quiero, se había ido a Escocia a visitar a su amante.
La trepidante vida amorosa de esta figura fascinante y compleja sale, por primera vez a la luz, en "Young Titan: The Making of Winston Churchill"(El joven Titan: la creación de Winston Churchill), un título que por fin aclara por qué el hombre que lideró el Reino Unido durante la Segunda Guerra Mundial siempre decía que su "logro más brillante"había sido el de convencer a su esposa para que se casara con él.
El matrimonio con su amada "Clemmie"duró 56 años, pero a punto estuvo de no celebrarse debido al ataque de celos que ésta sufrió al enterarse de que su prometido había estado de vacaciones con otra mujer.
A los 33 años, Churchill ya era presidente de la Cámara de Comercio y todo el mundo intuía que tenía una prometedora carrera política por delante. Después de un intenso romance con Clementine Hozier, la hija hermosa y sin dinero, de Lady Blanche Hozier, le pidió ser su mujer. Él era diez años mayor.
El 11 de agosto de 1908, se celebró la pedida de mano. La boda estaba prevista para un mes más tarde, pero el político se despreocupó por completo de los preparativos y viajó hasta el castillo de Slains, en Aberdeenshire, para pasar las últimas vacaciones con Violet Asquith.
La joven de 21 años, hija de Herbert Asquith, el Primer Ministro Liberal -con una prometedora carrera por delante- no pudo evitar hundirse cuando su novio le contó sus planes de futuro. Churchill había pedido matrimonio anteriormente a otras tres mujeres. Todas le habían dicho que no, así que se acostumbró a tener siempre "alguien en la recámara". Cuando Clemmie aceptó fue algo nuevo para él y no le quedó más remedio que sincerarse con su "otra"amiga.
La biografías anteriores, siempre habían explicado que Clementine estuvo a punto de cancelar la celebración "por la carga que se le venía encima al casarse con un hombre de tal peso político", pero nada más lejos de la realidad. Lo que pasó es que se enteró del viaje de su prometido y entró en cólera. Fue su hermano Bill quien le convenció para seguir adelante diciéndole que sería "desastroso para todos humillar a una figura pública de la talla de Winston".
A pesar de que Churchill siempre intentó conservar su amistad con Violet e incluso puso todo de su parte para que las dos mujeres llegaran a tener una relación "cordial", éstas jamás llegaron a entenderse. Durante un almuerzo dos meses después de la boda, el político le dijo a su "amiga"que su mujer "ofrecía más de lo que aparentaba a simple vista. Ella le contestó "pues déjame quedarme con lo que veo a simple vista". Clemmie vivió 12 años más que su marido. Murió en 1977, a los 92 años, convencida de que su contrincante, se desmayó al enterarse de que finalmente había tenido lugar la boda.
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