Creativa hasta el final

Concha era una apasionada del periodismo, de la verdad y del servicio público. Era incapaz de dar una noticia sin crontrastarla y tenía una extraordinaria serenidad. Entre los recuerdos que se me vienen a la cabeza en mi vida profesional junto a ella, guardo con especial cariño el del 5 de marzo de 1985, cuando abrió el informativo excusando mi ausencia porque había nacido mi hija Claudia. Me dio su regalo en pantalla y fue realmente conmovedor. Concha, además, era una persona muy leal y me apoyó mucho, tanto a mí como al resto de compañeros, en la recuperación y el relanzamiento de la Academia de Televisión. Creativa hasta el final, aprovechó su enfermedad para estudiar italiano, prepara nuevos proyectos y ver centenares de películas. Ella venía de una familia muy humilde, y a pesar del éxito y la admiración con la que todos la rodeábamos, nunca fue prepotente; al contrario, tenía la capacidad de transmitir su sencillez en pantalla. Ha sido un referente para muchas personas y nuestro reto ahora es conseguir que lo sea también para futuras generaciones de periodistas.