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El regalo más deseado por el príncipe Carlos
La esposa del heredero británico consigue por fin conquistar el corazón de su suegra, la reina Isabel
El príncipe Carlos cumple hoy 65 años. La fecha es memorable y podría dar mucho de sí, si se analiza desde el punto de vista más protocolario. Al fin y al cabo, se trata de la persona que más tiempo lleva en la historia de Reino Unido como heredero a la Corona. Pero, centrándose uno en la faceta más íntima y personal, el aniversario deja un mensaje mucho más profundo. Y es que ha sido a sus 65 años cuando su alteza real ha conseguido, al fin, que su madre acepte a su pareja. Camila ha conquistado el corazón de Isabel II y, de una manera muy velada, el homenajeado ha utilizado su cumpleaños para mostrar su felicidad a través de señales que sólo unos pocos han sabido interpretar. La primera, el alfiler con el que su mujer se ha dejado ver estos días. Se trata de un broche en miniatura pintado sobre marfil, y que, a pesar del tamaño, tiene un valor muy especial para la soberana. El hecho de que ahora lo lleve su nuera es el mejor indicador de cómo la considerada «eterna amante» se ha ganado finalmente la aprobación de la reina. La relación entre ambas nunca fue fluida y eso era algo que a Carlos le hundía en la tristeza. La frialdad quedó más que patente durante la boda de la pareja en 2005, cuando la señora Parker Bowles pasó a ser un inquilino más de Buckingham Palace. Legalmente también se convertía en princesa y en futura reina, pero para no herir sensibilidades y despertar, aún más, el fantasma de Diana, se optó por darle el título de duquesa de Cornualles. En los días previos a la ceremonia, la asistencia de Isabel II era toda una incógnita. Como cabeza de Estado y de la Iglesia de Inglaterra, no quería perder el apoyo del sector más tradicionalista y tampoco crear una brecha dentro de la Casa de Windsor. Entre algunos sectores de la población, el nombre de Camila era tóxico y, a pesar de que se trataba del segundo enlace de su primogénito, la reputación de Su Majestad estaba en juego. Finalmente, no acudió a la firma en el registro civil y se limitó a estar presente en el servicio religioso que se celebró en el castillo de Windsor para bendecir a los recién casados. Las caras en las fotos oficiales fueron todo un poema.
Pero ahora, la tormenta forma parte del pasado porque, al fin, a sus 65 años, Carlos puede mostrar en público el amor que profesa a la mujer de la que se enamoró durante su juventud. Coincidiendo con su cumpleaños, el heredero ha elegido una foto de su esposa para «Girls in Pearls» (Chicas con perlas), la conocida página de la reputada revista «Country Life». Se trata de otra prueba inequívoca de la estabilidad ansiada durante tantas décadas por ambos. La imagen de su mujer ha acaparado esta vez todo el protagonismo. Normalmente, la sección va dedicada a jóvenes de la alta «socialité». Por lo general, son hijas de grandes multimillonarios ataviadas con sus mejores joyas. Pero Camila ha sido en esta ocasión la excepción. Su esposo se involucró sobremanera en la edición del magazine y los expertos han visto el gesto como punto de inflexión, ya que hace tan sólo unos años, tal muestra de cariño ante el pueblo habría sido impensable.
Soplará las velas en Sri Lanka
El príncipe no estará hoy en Londres para ver las reacciones que esto ha despertado en Palacio. Carlos celebrará su cumpleaños en Sri Lanka, donde, por primera vez, se encuentra representando a la Reina en la reunión de jefes de gobierno de los países de la Commonwealth. Como no podía ser de otra manera, se encuentra acompañado de su «encantadora esposa», tal y como la presenta en los viajes oficiales. Quizá por el día tan señalado brinde con Barrogill –su propia marca de whisky– mientras recibe las felicitaciones de los suyos, aunque no tenga teléfono móvil, una de las curiosidades que estos días han salido a la luz. Para que los británicos conozcan más a su futuro rey, la Prensa ha publicado detalles como que siempre duerme desnudo, nunca come en los aviones, hace imitaciones en público (como la reina) y siempre lleva consigo un palillo de dientes hecho con pluma de puercoespín. Peculiaridades que sin duda alguna, Camila conocía desde hace tiempo. La pareja empezó a salir cuando tan sólo tenían 23 años, pero no ha sido hasta su 65 cumpleaños cuando Carlos, finalmente, ha conseguido conformar junto a ella un matrimonio aceptado y feliz.
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