Moda

Kortajarena, el modelo imbatible

El modelo, en el desfile de Mango 2013
El modelo, en el desfile de Mango 2013larazon

Ha renacido la guerra entre los desfiles de Madrid y Barcelona. A Cibeles lo reconvirtieron en uno de los «fashion week-ends» y el 080 barcelonés sólo es consecuencia de lo que representó la Pasarela Gaudí, que siempre abría puertas a los rebotados de la muestra capitalina. Un pulso absurdamente mantenido y que olvida que la unión hace la fuerza. Qué tiempos aquellos en que Segismundo de Anta tenía en alto lo de Moda del Sol. Barcelona siempre fue pionera de estas manifestaciones, tienen antigüedad y experiencia profesional de la que carecen los oficialistas montadores –y mantenedores– de la Villa y Corte, aferrados a un despacho vitalicio y adormecedor. Todo resulta diferente en esta Barcelona oficialmente preindependiente en la que conjugan el trabajo y la distracción. Allí disfrutó Paris Hilton tutelando a su infantil novio con el que disfruta desde septiembre. Al ibicenco lo vino Dios a ver y la pasión de Paris coincide con la de Bar Rafaeli por los colores azulgrana, aunque su corazón ahora lo ocupa un israelí. Ambas fueron el principal atractivo, repleto de morbo, de esta cita en la que Kortajarena demostró que es imbatible, mientras Eduardo Sallas ejercía el control sobre su «cuadra» de purasangres como lo son Jon o Velencoso, que no desfiló porque tenía contratos en América. Su agencia es un manantial que no cesa y ha incorporado la juguetona aristocracia de Diego Osorio, ex novio de Ana Boyer y Eugenia Silva. Íntimos de Tamara Falcó.

Me cuentan que acaba de salir de un retiro espiritual de seis días en las afueras de Madrid, preparación para la próxima ceremonia en la que la tierna hija de Isabel Preysler recibirá la Confirmación. Exprime la espiritualidad recién descubierta y acaso anda tan regenerada como Pablo de Tarso. Choca y emociona esa mudanza anímica que no le impide seguir coqueteando y ser reclamo. Su dulzura no es de este mundo.

Mientras tanto, Cibeles se prepara para recibir dentro de dos semanas a Vittorio & Lucchino, que presentarán una colección pretenciosa sin considerar su mala racha. «Mantenemos plantilla y operarios, también la producción», aseguran. Continúan fieles a un patrón empresarial y el traspié obedece a motivaciones económicas tan comunes al resto de firmas. Todos se mantienen con flotador. Está bien recobrar la competencia porque resulta estimuladora de ideas, aunque aquí siempre topó con excesiva burocracia. ¿Barcelona o Madrid? Yo lo tengo claro. Allí vibran con una inquietud creativa que apenas se percibe en la ex Cibeles.