Cibeles Fashion Week
Dos meses a base de arroz para pagarse el desfile
María Rosenfeldt, hija de Ouka Leele, presentó ayer su primera colección en El Ego: «Tuve que pedir ayuda a mi familia»
«Me bajo del avión, me pinto, me visto y... !pumba!, ya estoy». Esta fue su carta de presentación cuando decidió posar para Loewe en la campaña de bolsos que tanto dio que hablar. Ahora, María Rosenfeldt ha dejado de lado los abrigos «estilo Mata Hari» –como decía en el anuncio– para presentar su primera colección en El Ego de la Mercedes Benz Fashion Week. Y no lo hizo sola, sino con su novio, Jacobo Salvador, con el que ha creado «Herida de gato». ¿El resultado de su aventura creativa? Un arañazo en toda regla. Además, de los que duelen y dejan marca. Parece que está de moda esto del reciclaje. Ya hizo gala de ello el jueves Moisés Nieto y parece que a los nuevos diseñadores también les seduce la idea. Al menos, demasiado caro, no les sale. «No queremos fomentar la superproducción, por este motivo reciclamos y utilizamos retales y ropa de mercadillos, principalmente madrileños», confesó la diseñadora. De ahí que su colección fuese la más barata de los diez noveles de la «Cibeles junior»: 2.000 euros. Aún así, han tenido que hacer un gran esfuerzo para poder desfilar y aseguran que llevan meses «comiendo arroz», también han pedido ayudas a sus padres para poder hacer realidad su sueño, «y, por supuesto, nada de salir de fiesta, hemos estado encerrados en casa».
Mundo gitano
Con el pelo largo y la mitad teñido de azul, María no tiene nada que ver con la chica de anuncio que conocíamos. Cero superficial, quizá demasiado intensa. De hecho, ella rehúsa hablar del tema. No tiene nada que decir al respeto. Fue trabajo y punto. Es tímida y «muy especial», como la describió ayer su madre en el «front row», desde donde vivió el debut de su hija. «Lo que ha hecho es algo muy arriesgado, ha querido dar un aire poético a sus diseños y por eso optó por el reciclaje», asegura la artista. Su madre ha tenido mucho que ver en que ella decidiera dedicarse a la moda: «Su arte me ha servido de inspiración», asegura Rosendelft. Su arte y los viajes que se han pegado juntas en estos años. De ahí que la colección, a la que han denominado «Hòsök», surgiera de una de sus visitas a Budapest. «Me encanta el mundo gitano, la gente de los países del este y la moda japonesa, y la mezcla de todo es lo que muestran nuestros diseños», aclara María, mientras Jacobo va a recibir a sus padres, que acaban de llegar a Ifema para asistir a su puesta de largo.
Resulta curioso que la mayoría de los jóvenes creadores tienen un común denominador que les delata en inexperiencia. Mientras que los grandes (véase Roberto Verino, Hannibal Laguna o Duyos) reciben a los medios con los brazos abiertos en el «backstage» de la pasarela, los chicos de El Ego hacen esperar, ignoran e incluso dan plantón a la Prensa. Novatadas. A María no le gusta nada eso de ir de «hija de», por eso, cuando presentó el proyecto a la MBFWM ocultó su apellido para que más tarde, si fuera elegida, nadie pudiese reprocharle nada. Incluso le molesta que los periodistas queramos hablar con ella entes que con Jacobo. «Después del desfile, nuestra intención es seguir en El Ego, ya que podemos participar hasta en 3 ediciones, y una vez que esto termine, nos centraremos en producir sobre todo sudaderas y repetir piezas. Además, me gustaría montar una «factory» en la que la arquitectura se mezclara con la pintura y el diseño. Me gusta todo esto. Me considero una mujer renacentista» .
Encerrados en casa
En casa, con una máquina de coser y a dieta, esta pareja ha dado forma a unos eclécticos «looks» que van desde abrigos maxi, hasta sudaderas de toda la vida, pasando por pantalones-falda, fruto de una fusión de una tela azulada y unos míticos pantalones de chándal Kappa (sí, Kappa, han oído bien). Para María y Jacobo, ella recién titulada en diseño y él, a punto –lo acabará este año–, la moda debe de reinventarse, «está anclada», aseguran, y creen que su filosofía es un buen camino para poner las cosas en su sitio. Dicho sea de paso, al igual que ellos mismos colocan su logo encima del de las sudaderas recicladas. Aseguran estar muy agradecidos a El Ego por darles esta oportunidad, y es que esta apuesta de Ifema para apoyar a los nuevos talentos continúa cosechando éxitos y cada temporada más adeptos. María y Jacobo no sueñan con trabajar en Chanel –«para nada»–, pero sí con cambiar el mundo. De momento, con su primera colección lo que han conseguido es que el personal se lleve las manos a la cabeza.
«¿Quién quiere casarse con mi hija ?»
Tranquilos, no se piensen que Ouka Leele buscaba marido para su hija a pie de pasarela, pero la hija de la fotógrafa se llevó al desfile a toda su «troupe», incluido el famoso Pedriño del programa de Cuatro «¿Quién quiere casarse con mi hijo?». Todos muy modernos, sólo les faltaba el bolso en la cabeza como ya lució Rosenfeldt en el anuncio de Loewe.
Noveles con padrino
No sólo María contó con el apoyo de su madre, también otros jóvenes tuvieron su padrino particular para su debut. Tal fue el caso de Manémané, firma cuyo director creativo, Miguel Becer, trabaja para Ángel Schlesser. Así que el diseñador no dudó en sentarse en primera fila y aplaudir sus creaciones, claramente influenciadas por las suyas. «Ha hecho un trabajo excelente, no sé que nota le daría porque eso se me da muy mal, pero ha trabajado muy bien, ha superado la prueba de fuego», aseguró Schlesser. Por su parte, Paula de Andrés, de la firma POL, llevaba como carta de presentación el haber trabajado con Moisés Nieto y Pepa Salazar en Loewe. Esta última fue la que se alzó con el premio Mercedes-Benz Fashion Talent, que por primera vez concede la MBFWM y que le permitirá presentar su colección en la pasarela de México, en abril. Salazar apostó por un diseño femenino con patrones masculinos. ¿Les suena?
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