Belleza

Felipe González: Una estética relajada

Felipe González
Felipe Gonzálezlarazon

Una estética relajada

Ana Locking. Diseñadora

El actual traje del líder político: sastre negro, de dos botones, camisa «blue sky» y corbata azul marino, sea del partido que sea, cumple una extraña misión hoy en día. Lejos de querer unificar criterios busca aunar estéticas. Quizá lessuceda igual que a mí cuando vemos juntos a los líderes de los principales partidos políticos españoles. A menudo sucede también mundialmente, podemos incluso jugar a capturar las siete diferencias, casi sin encontrarlas.

La imagen no verbal y el mensaje forman un todo y la asesoría de imagen en política se trata más de una asesoría de mensaje que de aspecto físico. El verdadero poder hace descubrir enseguida a sus líderes el valor de la discreción y esto se ejemplifica de forma muy evidente en los políticos más poderosos, hasta el punto de igualar estilos de partidos contrarios. Un ejemplo de ello podemos verlo en el uso de las corbatas rojas en los políticos de izquierda, que poco a poco la han ido cambiando por la discreta azul marino, mientras que los políticos de derecha ahora utilizan las de color rojo porque aportan carácter y energía a sus rostros.

Los códigos están cambiando y nuestros políticos de ambos lados están mimetizándose. Lo vemos en el caso de los tonos que escogen para su indumentaria. La elección no tiene ya una base ideológica sino estética.

Pocas son las ocasiones en las que González puede recuperar aquellos detalles que sólo a él y quizá también a Guerra les pertenecen en España por derecho y con absoluta justificación. Más de tres décadas nos separan de la imagen del traje de pana y la cazadora de ante, pero es evidente que aquel atuendo campechano y duradero, cuyo mensaje y liderazgo eran obvios, sigue aún hoy en nuestras retinas.

NECESITA MEJORAR

Un rostro apagado y triste

Marta Boira. Especialista en belleza

Hasta hace poco, Felipe González no tenía mala vejez, pero le han caído todos los años de golpe. Cuando está relajado, se le nota menos, pero en cuanto dice algo es tal su tono sarcástico que se le transforma hasta la cara y, de pronto, cobra un aspecto mucho más avejentado. La doctora Adriana Ribé le aconsejaría un tratamiento que reafirmase su rostro y que le aportara algo más de juventud. Lo mejor es el «Thermage CPT» y su nuevo cabezal facial que consigue mejores resultados por tener más potencia. Esta radiofrecuencia es la más efectiva porque calienta las capas más profundas devolviendo la firmeza perdida con el paso de los años. La doctora aconseja también completar el tratamiento aplicando el «Themage CPT» en su formulación especial para los ojos para levantar los párpados superiores y conseguir una mirada más joven y luminosa.Estos tratamientos sólo necesitan una sesión y los resultados duran hasta dos años.

CÓMO SERÁ DENTRO DE 20 AÑOS

La especialista en dermatopatología Adriana Ribé explica cómo las estructuras de sostén del rostro se degradan con el paso de los años con la consecuente aparición de flacidez. Del mismo modo, si no se cuida la zona de la mirada, puede aportar al rostro un aspecto apagado, cansado y triste. Los párpados caídos, ojeras y bolsas envejecerán aún más nuestra imagen.

GESTOS DELATORES

Conocedor de sí mismo

Valvanuz Sánchez de Amoraga. Psicóloga y coach

Es uno de los políticos más completos en el área de la comunicación. Domina el lenguaje verbal y el no verbal. Ha tenido la sagacidad de cuidar sus apariciones públicas. Su liderazgo innato se refuerza por su carácter. Afianza su discurso con su cuerpo porque tiene una gestualidad muy estudiada. Modula su tono de voz para dar o quitar fuerza al mensaje y lo refuerza con los movimientos de sus brazos. No suele leer en sus intervenciones, lo que produce una cercanía que refuerza con una amplia sonrisa o utilizando la misma gestualidad que el interlocutor. Así genera empatía y proximidad porque permite la identificación con el líder.

Usa la ironía y el sarcasmo a menudo para restar autenticidad a su discurso. Posee una fuerte autoestima y se siente cómodo ante las cámaras, lo que le ayuda a transmitir seguridad, aunque tanto dominio de la situación le merma veracidad.

EL VEREDICTO

Su arma secreta: la sonrisa.

Su punto flaco: la mirada.

Miente con sus gestos: