Imperturbable elegancia

Su mejor activo es, sin duda, la elegancia, pero no es su único fuerte. Lagarde es carismática, su forma de vestir inspira confianza, fortaleza y convicción. Toda una estrella del mundo de las finanzas que conduce con paso firme su casi metro ocheta de altura y sus 57 años, siempre con «looks» impecables, un rostro bronceado y sin perder la sonrisa ni el sentido del humor.

l Una pionera indiscutible

Christine Lagarde está acostumbrada a ser siempre la primera en todo lo que se propone: fue la primera mujer en dirigir el bufete de abogados americano Baker & McKenzie –también la primera persona no americana–, la primera mujer en ser ministra de Economía en Francia y ahora la primera mujer al mando del FMI. Ella ha reinventado el vestuario femenino de negocios.

l Por dentro y por fuera

Mantiene un equilibrio perfecto entre la fortaleza interior que su cargo le obliga a tener y la convicción que su imagen pública proyecta, sin caer en la feminización extrema ni en la androginia del traje de chaqueta masculino.

l Su estilo

Lagarde apuesta por trajes de chaqueta ligeramente ajustados, preferentemente por el «tweed» de Chanel. Cuando se decanta por algo más económico, apuesta por trajes de la marca inglesa Austin Reed, que adorna con detalles de color en collares, broches o a través de pañuelos de Hermés. Nuestra dama tiene también un gusto exquisito en la selección de los accesorios: el Kelly es su bolso preferido y le fascinan las joyas vintage. Su secreto es no complicarse con modelitos incómodos. El lujo y la practicidad son sus líneas de estilo.

l Mi consejo

Debe de haber un caso entre un millón en el que no sea necesario mejorar el estilo de un político; Lagarde es uno de ellos.