Milán: ¡Enguccizada!

¡Pues sí que había vida después de Tom Ford! Me refiero en la casa Gucci... y muy larga y llena de éxitos, «glamour» y moda, moda con mayúsculas. Nunca lo dudé, por supuesto, pero hoy, mientras me enfundaba este maravilloso vestido que llevo en la foto, perteneciente a la colección de verano de Frida Giannini (directora creativa de Gucci desde 2006 y espero que siga así y ahí por muchos años), recordaba una gélida tarde de febrero de 2004 en la que Tom Ford decía adiós, de forma apoteósica claro, en la pasarela, mientras los presentes llorábamos tanto como el cielo milanés que nos aguardaba a la puerta del Hotel Diana. ¡Vaya nochecita!

Pensar entonces que Ford dejaba la moda para dedicarse ¿al cine? me parecía el fin del mundo..., de la moda, se entiende. Pero llegó Frida y, hoy por hoy, creo que es una de las grandes gurús del diseño internacional. Una mujer que ha dado un giro completo no sólo a esta casa italiana, sino también a la forma de entender el nuevo lujo y la elegancia femenina en pleno siglo XXI. Nada de estridencias, ni de modernidades superfluas y, por supuesto, cero locuras. De lo que se trata es de ofrecer una imagen serena y sofisticada, de utilizar los colores con buen gusto y, lo más importante en estos tiempos en los que todo parece valer: redibujar la silueta para favorecerla. Así es la filosofía creativa de Giannini, una de las grandes favoritas de iconos internacionales como Kate Beckinsale, Jennifer Garner o Salma Hayek. Signora Giannini me encanta su colección de verano y, claro, la que acaba de presentar en Milán para el invierno que viene no tiene un pero. No veo el día para enfundarme el vestido que he fichado en su pasarela y que también os muestro (en la imagen de la izquierda). La colección para 2014 está inspirada en uno de los grandes escultores del pop británico: Allen Jones. Ahí es nada.

En pocas palabras: la colección de primavera-verano de Gucci, de colores vibrantes, está inspirada en el look de las mujeres de la jet set italiana de los70.

Dónde encontrarlo: las sandalias en piel de pitón y con pulsera rematada con el estribo mítico de la casa, al igual que el vestido, están ya a la venta en la tienda de Gucci de la calle Serrano, 49.