Oslo
Misión: imposible
ÁNGELA MERKEL / Canciller de Alemania
La canciller alemana calibra al milímetro su vestuario bsándose en la cruzada a favor de la austeridad –y con tintes redentores– que lidera con puño de acero. No podía ser de otra forma, obsesionada como está por llevar a cabo una misión con precisión alemana. La seguridad y la firmeza cobran en ella un nuevo significado, y la blazer de cuatro botones se ha convertido en el uniforme de superheroína elegido para combatir el crucial momento que nos toca vivir. Misión: imposible.
l La funcionalidad de Merkel
Rigor es la palabra idónea para definir su estilo. Ella es de las pocas que predican con el ejemplo, ya que se muestra en público tal y como exige que nos comportemos el resto, sin concesiones ni privilegios.
l Por dentro y por fuera
Su guión estilístico es simple y saca todo su carácter alemán para no desviarse ni un ápice de ese camino de baldosas amarillas por el que se ha propuesto a sí misma caminar: viste la misma prenda una y otra vez, con la única licencia de cambiar de color. Se ha convertido en una auténtica guía Pantone de gama cromática.
l Su estilo
Acostumbrada a hacerse valer en los ambientes de poder principalmente masculinos, su imagen, aunque austera hasta la obsesión, carece de complejos y es tan firme como inflexible.
l Mi consejo
Su punto débil son los escotes: Merkel se debate entre la recatada abertura en «v» de sus chaquetas de sastre y el desproporcionado y ya popular escote que lució en la ópera en Oslo. Es aconsejable que incorpore nuevas siluetas, así como mejoras en los tejidos y hechuras de sus sastres.
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