Fotografía
Un político poco cercano
A Floriano le gusta hablar en público y se siente cómodo cuando es el centro de atención, aunque a él también los nervios le traicionan. Los focaliza agarrando el atril, desviando la mirada o manipulando sus gafas –que siempre le acompañan–, a la vez que titubea para pensar la respuesta adecuada.
Aunque el ritmo del discurso es bueno, le cuesta la vocalización y utiliza en exceso las muletillas y la repetición de palabras. El hecho de señalar con el dedo índice, de realizar los movimientos de sus brazos tan rápido y que éstos sean verticales, hace que su mensaje resulte a menudo provocador.
El popular tiene una personalidad lógica y racional, ya que prioriza su lado derecho. Le gusta preparar sus intervenciones y dominar la situación, no le agradan las sorpresas o los cambios inesperados. No sonríe ni acerca su cuerpo hacia el público, lo que provoca una sensación de lejanía.
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