Salamanca

La reconciliación de Ostos e hijos

«Jaime Ostos sorprendió paseando con sus hijos, Jaime y Jacobo»
«Jaime Ostos sorprendió paseando con sus hijos, Jaime y Jacobo»larazon

No salen del asombro. Cómo han cambiado las cosas, decía el bolero. Y Jaime Ostos lo demuestra con sus crecidos retoños finalmente recuperados y reunidos. Parecía un sueño imposible, como el del musical americano que aquí montaron Nati Mistral y Luis Sagi Vela. Se frotaban los ojos viéndolos realzar la apertura de «Solera» en el barrio de Salamanca. Lo bautizan como «Solera milla de oro» para no despistar a la clientela, entre quienes se cuentan los tales Jaime Ostos Jr., antaño tan conflictivo con ambos padres, y el más reposado pero igualmente televisivo Jacobo, a quien sitia Mónica Pont intentando recuperar supremacía como famoseta. Consigue relanzarse a golpe de acompañante y encaja bien con el pequeño del airado matador que tantas tardes gloriosas y rifirrafes televisivos ha tenido. Es invencible y no explicaron a qué venía la reunión, lógica por otra parte, de tan casi siempre tenso trío. A ellos se unió Yolanda García Cereceda, que tiene con el primogénito una relación más que intensa. Ella evitaba ser retratada y hasta pedía dinero por ser inmortalizada. Como si lo necesitara. Qué poco se parece a su señor padre, tan íntimo y protegido por Felipe González en los buenos tiempos del Zalacaín, orgullo de la buena cocina capitalina.

Ojearon las ofertas, especialmente los suéters de aire y lana escoceses, principal gancho de una firma que compite con Hackett o el Scalpers de Rafa Medina, que tiene de demora en el servicio de pedidos. Máximo Valverde se dejó ver para aprovecharse nuevamente –y ya son muchas– del impacto Pantoja con Chabelita.

Algunos creyeron en milagro ante semejante Santísima Trinidad siempre irreconciliable. En vísperas del Rastrillo, será buen plato social a degustar como el «Cien por ciento Naty» (no muy bien editado) o el coleante 70 aniversario de José María García que realzó Soraya Sáenz de Santamaría, ávida de los huevos rotos del «¡Viva Madrid!» ya competidor de su creador, Lucio Blázquez. Lo regentan sus hijos y ofrecen platos muy distintos a los de la casa madre. Lo subrayaron sus fidelísimos, los del Río. Todo lo había adornado su hijo Luis, que tuvo lecciones magistrales de Galliussi. Las miradas se concentraron ante un Fran Rivera llegado a media cena, igual que su antaño «tía Cary Lapique», con la que ahora no se habla tras engañar a su medio hermana Carla. Gema Ruiz Cuadrado tenía que hacerse notar porque está muy cambiada tras separarse de Álvarez Cascos, a quien le sienta mucho mejor la dulzura emprendedora de María Porto. Ariadne Artiles ya es del nutrido clan Fraile porque sigue embelesada con Pepe, primogénito de García y Montes. No fallaron Curro Romero ni Carmen Tello, que empalmaron con la boda del hijo del alcalde Zoido, donde el banquete fue ligero con crema y arroz caldoso porque el regidor bético no está para los habituales dispendios oficiales, aunque los pague de su bolsillo. Cayetana estuvo de cuerpo presente con su clásica flor por tocado y rió al enterarse de que por allí corría «que había muerto la noche anterior».