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Los que mueven los hilos

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Camilo Sesto eligió la vida que quería mantener. Quiso estar alejado del interés mediático y aunque recibía invitaciones de todo tipo y le convocaban para recibir premios, su actividad pública fue muy reducida. A lo más que llegaba era visitar programas de periodistas amigos como Carlos Herrera o María Teresa Campos. No necesitaba alimentar su ego con apariciones que no tuvieran que ver con su trabajo. La última fue en la presentación de «Camilo Sinfónico» en Florida Park. En esta sala se reencontró con su pasado en la que tantos aplausos había recogido y que tan bien conocía. Camilo Sesto no estuvo nunca secuestrado por su entorno como se llegó a decir de Encarna Sánchez o Lina Morgan. Su aislamiento fue elección propia y vivió feliz y tranquilo en su precioso chalet de Torrelodones en el que ahora se ha instalado su hijo.

Camilo jr., el heredero

Poco o nada se sabía de él. Tiene 35 años y vive en México con su madre, Lourdes Ornelas. Al contrario de algunas informaciones, sí tenía relación con Camilo Sesto, que nunca dejó de enviarle dinero mensualmente y siempre que lo necesitaba. Cuando el artista se quedó con su custodia se retiró durante un tiempo de la profesión activa para estar con él. Primero vivieron en Miami, después en Los Ángeles y más tarde en Madrid. El hoy heredero universal no fue buen estudiante. No quiso ir a la universidad y prefirió tomar la senda de la música, mundo en el que no ha destacado de momento. Al preguntar cuál es su estilo los que le han escuchado se encogen de hombros y dicen que «el chico canta. No hay más».

Lourdes Ornelas, la fan

Pasó de ser una de sus fans a novia y después madre de su único hijo. No mantenía desde hacía años ningún contacto con el cantante. La relación fue muy tensa y nunca mejoró. Camilo hacía cruz y raya a las personas que le traicionaban y Lourdes fue una de ellas. Acudió a programas de televisión y le acusó de ser agresivo, de tener malos hábitos y de haberla presionado para que le cediera la custodia y la patria potestad. Lo que no contaba era que Camilo Sesto enviaba dinero para sufragar los gastos domésticos y los estudios de su hijo. No tardará, si no lo ha hecho ya, en vivir con él en el chalet.

Fidel y Rebeca, chófer y ama de llaves
Es el matrimonio que se han encargado de la intendencia y de que todo funcionara en el chalet de Torrelodones. Ella era una especie de gobernanta dulce y cariñosa que nada tenía que ver con el ama de llaves de la película «Rebeca». Fidel, el marido, es un hombre multidiciplinar. Ejercía de chófer, jardinero y arreglalotodo. La relación con el jefe era espléndida y a veces Camilo Sesto prefería comer con ellos que solo. Lo que más le gustaba eran los cocidos que hacía Charo en invierno y que también comían los incondicionales, entre los que se encontraban el administrador y el mánager. Fidel y Charo están ahora al servicio de lo que mande Camilo Jr., el nuevo inquilino.

Andrea Bronston, la novia no oficial

Fue una de las novias no oficiales de Camilo en los años 80. Hija de Samuel Bronston, uno de los productores internacionales más importantes de los 50 y 60. Gracias a él se rodaron en España películas como «El Cid»con Charlton Heston y Sofía Loren de protagonistas o «55 días en Pekín». Desde muy pequeña Andrea quiso ser actriz, pero donde destacó fue haciendo coros con Camilo Sesto.

Cristóbal Hueto, el administrador
El cordobés administra desde siempre el importante patrimonio que atesoró Camilo Sesto a lo largo de su carrera profesional. Vendió más de cien millones de discos, montó escenografías y producciones, además de su faceta como compositor. Hueto ha sido el encargado de organizar sus finanzas desde hace treinta años. Camilo Sesto nunca tuvo problemas con Hacienda y estaba siempre al corriente de sus pagos gracias a la dedicación de su administrador. Formaba parte de su grupo de leales junto con su esposa Elena y salían a menudo a comer o a cenar al Pesca, uno de los restaurantes preferidos del artista en Torrelodones. Él va a ser el encargado de poner al día al heredero universal. Por el momento, las conversaciones tendrán que esperar.

E. Guervós, el Mánager

Mánager, representante y amigo incondicional junto con su mujer Vanesa. Fue quien se encargó de comunicar la muerte de Camilo. La relación profesional derivó en una amistad profunda. Le molestaba que dijeran que el cantante estaba secuestrado: «Ha tenido la vida que ha elegido. Camilo estaba en perfectas facultades mentales y no hay nada que se hiciese sin que el diera el visto bueno». Le parece bien que el hijo pida papeles y la documentación relativa al patrimonio paterno. «Es el heredero y por lo tanto lo que tiene que hacer es sentarse con el administrador para que le facilite toda la información. Todo es claro y transparente».

Roseta y Melina, musas

Fueron también importantes en la vida del cantante. A las dos les compuso sendos temas. A la primera, relaciones públicas y dueña de una discoteca en Madrid donde se concentraba el artisteo, «Ay Roseta». Era hermana de Fernando, batería y compositor de Los Brincos. A la actriz griega y ministra de Cultura la dedicó «Melina». Una de las estrofas decía «Has vuelto Melina, alza tus manos hacia Dios que él escuche tu voz», lo que entusiasmó a la joven. La leyenda cuenta que fue a través de la familia Bosé cómo llegó hasta ella.