Manolo Medina: «Todos llevamos una ''mari'' dentro»

–«Dos hombres solos sin punto com...ni ná». En la obra, dos solteros comparten piso. Dirán que son homosexuales...

–Claro, y más con las pintas que luce un servidor. Voy muy «mari», con mandil de lunares y abanico a juego.

–La sorpresa: no lo son. ¿Si lo fueran sería más difícil la convivencia?

–Creo que no. Pero eso depende mucho del carácter, de los pactos, etc.

–Quiero decir que si el factor sexual tiende a complicarlo todo...

–Sí, es el factor desequilibrante, sobre todo en los años de pasión; luego, menos: todos volvemos al punto de cruz o al solitario.

–Para un hombre, ¿es más fácil la convivencia con otro hombre que con una mujer?

–Sí. Los hombres llegan antes a acuerdos. Discuten con más intensidad, pero con menos mala leche.

–Uno de los dos trabaja fuera y el otro en casa. Son los roles clásicos...

–El amo/ama de casa es indispensable. Eso sí: las «maris» deberían tener sueldo, seguridad social y canal de telenovelas gratis.

–La comedia lleva en cartel diez años seguidos. ¿Por qué tanto éxito?

–La mayoría se siente muy reflejada en los personajes. Y porque la gente tiene muchas ganas de reírse de lo que cree que no es.

–Para compartir piso, ¿prefiere un hombre o una mujer?

–Un hombre... con tal de que pague su parte a fin de mes, recoja sus platos sucios y tire de la cadena.

–Juega con los clichés de la homosexualidad y la heterosexualidad. ¿Para demostrar qué?

–Que en el fondo casi todos llevamos una «mari» o una «maruja» dentro.

–¿Usted también lleva una «mari» dentro?

–Desde que nací. Y estoy muy contento. Si naciera otra vez sería «mari»; es mucho más divertido que ir a la oficina.

–Defina a la «mari»...

–Cotilllea, tiene la casa como los chorros del oro, cocina mejor que Adriá y dice a cada rato que su hijo es el más guapo del mundo. Se ama a sí misma y odia que su marido duerma con los calcetines puestos.

–Una vida entre «Sálvame de luxe» y Don Limpio...