Restringido
Manson: habla Patricia Krenwinkel, la semilla del diablo
El espeluznante crimen de Sharon Tate vuele a la actualidad 45 años después. Una de las asesinas de la secta de «La familia», ha confesado su arrepentimiento. Demasiado tarde
El espeluznante crimen de Sharon Tate vuele a la actualidad 45 años después. Una de las asesinas de la secta de «La familia», ha confesado su arrepentimiento. Demasiado tarde
Ese crimen sigue fascinando cuarenta y cinco años después de ocurridos los hechos debido a la crueldad de los asesinatos y al «glamour» que desprendían las víctimas de dos jornadas de terror en Los Ángeles, ideadas por un iluminado llamado Charles Manson y seguida por los sus jóvenes compañeros de secta. Uno de los peores legados de aquella carnicería es que cada vez que hablamos de ella nos encontramos en la obligación de recordar la crueldad de los hechos, la capacidad que algunos tienen para crear y potenciar el mal. Los hechos son sobradamente conocidos. El 9 de agosto de 1969 un grupo formado por cuatro acólitos del iluminado Manson –Charles Watson, Patricia Krenwinkel, Susan Atkins y Linda Kasabian– ocupaban una lujosa finca situada en el número 10050 de Cielo Drive, en el exclusivo barrio de Beverly Hills. En aquel momento en la casa estaba su propietaria, Sharon Tate, una bellísima actriz y pareja del director Roman Polanski, embarazada de ocho meses. Ella recibió un total de 16 puñaladas y fue ahorcada. La misma dramática suerte corrieron los otros invitados de Tate –Jay Sebring, Abigail Folger y Voytek Frykowski–, así como el joven Steve Parent que abandonaba Cielo Drive en el momento en el que llegaban los asesinos. Los miembros de la familia Manson aún tuvieron tiempo de escribir la palabra «Pig» (cerdo, en inglés) en una puerta exterior con la sangre de Sharon.
Cuando parecía que no había espacio para más terror, al día siguiente Manson y algunos de sus secuaces entraron en otra casa de Los Ángeles. En esta ocasión mataron a la pareja formada por Leno y Rosemary Labianca. Con la sangre de ambos escribieron en la pared y la puerta de la nevera las palabras «Death to Pigs» («Muerte a los cerdos») y «Helter Skelter», título de una de las más celebradas canciones de Lennon y McCartney.
Manson y los suyos habían creado un paisaje de terror que de manera repentina acabó con el ambiente de paz y luz que parecía iluminar a parte de la juventud de Estados Unidos a finales de los años 60. Había muerto la inocencia para siempre.
- Romper el silencio
Pero si el tema vuelve a ser noticia ahora, es porque ha roto su silencio una de las adeptas de Manson y autora material de los asesinatos en Cielo Drive. Patricia Krenwinkel cumple actualmente condena por aquella carnicería. La hoy sexagenaria ha hablado para las cámaras de Olivia Klaus, autora del documental «My life after Manson» («Mi vida después de Manson»). Krenwinkel, que en 1969 contaba con 21 años y que hoy es la convicta más anciana dentro del sistema carcelario de California, admite que participó en los hechos porque en aquel tiempo era «una cobarde, pese a que lo que yo buscaba era amor». Asimismo reconoce, tal y como se ha hecho público en un avance dado a conocer por «The New York Times», que sus actos fueron «abominables» y «terroríficos».
Por su parte, Klaus ha apuntado que la asesina «lleva años tratando de conciliar las dos esferas en que se dividió su vida: por un lado está la veinteañera que mató bajo la supervisión del hombre al que amaba intensa y ciegamente, y, por otro, la mujer de sesenta años que se tortura cada día recordando el dolor que provocó». La realizadora también apunta que «ella afirma que ha tomado una postura de total responsabilidad con respecto a sus acciones. Finalmente, asegura, es una mujer que aceptar lo que hizo. Pero, ¿está preparada la sociedad para su regreso?» La pregunta no es nada gratuita porque Krenwinkel deberá comparecer en 2018 ante el comité que juzgará si se le concede la libertad condicional. No hay tanto tiempo.
Hoy, la imagen que presenta Krenwinkel está muy alejada de la jovencita que, junto son sus amigas Susan Atkins y Linda Kasabian, sorprendieron al mundo cuando fueron arrestadas y juzgadas. Durante el proceso demostraron públicamente su adhesión inquebrantable a Charles Manson. Alegres y divertidas ante las cámaras, las tres jóvenes no dudaron un día en rapar sus cabezas al cero para demostrar que simpatizaban con un loco. No dudaron en amenazar a Vincent Bugliosi, fiscal del caso, y llegaron a pensar que se estaban convirtiendo en estrellas, aunque para ello tuvieran que pagar un precio demasiado elevado y teñido de sangre ajena.
Pero no es la única confesión que se ha divulgado estos días. Aquella noche, Sharon Tate también había invitado a una amiga, Ava Roosevelt, pero una avería en su coche, un Rolls Royce de 1955, evitó que llegara a Cielo Drive. «Casi fui la sexta víctima de la familia Manson», comentó hace unos días a «The New York Post». Íntima amiga de Tate y Polanski recuerda que «las últimas palabras que Sharon me dijo fueron "te quiero y ven a verme. Intenta llegar después de cenar"». Sonaba feliz».
Con el paso de los años, algunos de los protagonistas de esos crímenes han seguido llamando la atención de la Prensa. Por ejemplo, el fiscal Bugliosi escribió un muy potente libro sobre el tema en el que expone todos los entresijos de la investigación, llegando a vender siete millones de ejemplares. También ha redactado un extenso volumen sobre el asesinato de Kennedy en el que muestra su total apoyo a la versión de un único tirador, Lee Harvey Oswald, como autor del magnicidio. Otro trabajo editorial son las memorias del forense del caso Thomas Noguchi, «Cadáveres exquisitos». El médico aporta una considerable información sobre el suceso. Y una curiosidad: la edición española de este ensayo contiene algunas de las fotografías de la localización de los cuerpos en Cielo Drive, así como de las autopsias de las víctimas.
¿Y el protagonista absoluto? ¿Y Charles Manson? La curiosidad hacia su figura se ha mantenido, aunque hoy es difícil que alguna vez vuelva a las calles. En la actualidad cumple una condena de cadena perpetua en Corcoran (California) donde ha protagonizado algún incidente aislado. Sigue conservando tatuada en el entrecejo una esvástica, una manera de recordarnos a todos que él quiso ser el terror. Y lo fue.
La tragedia de la actriz
Un libro íntimo pero sin intimidades
Desde que ocurrieron los asesinatos, la cantidad de libros sobre Charles Manson y sus víctimas ha sido desbordante. Sin embargo, probablemente el volumen más sentido de cuantos se han publicado este año es el que Brenda Tate ha dedicado a su hermana Sharon (en la imagen, el día de su boda). El texto contiene numerosa documentación inédita guardada por la familia y que permite conocer a la fallecida actriz en su vida pública y en la intimidad. Brenda no ha querido escribir un capítulo sobre los últimos momentos que vivió su hermana. Además, ha contado con el respaldo de Roman Polanski, quien firma un muy emocionante prólogo.
En pantalla grande
De las «Manson Girls» a «Aquarius»
El documental con la confesión de Krenwinkel no es el único trabajo que se está rodando en la actualidad. La cineasta Susanna Lo tiene en preproducción «Manson Girls» (en la imagen, las asesinas, cuando se raparon el cabello), una película sobre las acólitas del asesino, con un reparto en el que se anuncia la presencia de Estella Warren y Laura Harring como protagonistas. La realizadora ha asegurado que su película no narrará los asesinatos de Cielo Drive. En la actualidad se está rodando «Aquarius», una serie de televisión para NBC y que se centra en la búsqueda policial de Charles Manson.
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