Santander
Marta Hazas: «De glúteos voy bien servida»
Profesión: actriz.. Nació: en 1977, en Santander.. Por qué está aquí: protagoniza «El caballero de Olmedo» en el Teatro Fernán Gómez (Madrid).
–«El caballero de Olmedo». Una obra que habla de amor, traiciones...Y usted, doña Inés, al final se queda compuesta y sin caballero.
–Sí, por culpa del destino, de un conflicto tonto.
–La mayoría de las cosas graves que nos pasan son por conflictos tontos...
–Ahí está la causa de muchas rupturas. No sabemos bajarnos del ego.
–Muere su caballero víctima de la traición. ¿Hoy se muere también de eso?
–Se muere más de desesperanza, paro y desahucios.
–Dos caballeros luchan por conseguir su favor. ¿Eso le place a toda dama?
–A toda dama le gusta gustar, pero sin que ellos lleguen a las manos. Que el objeto de deseo no se convierta en objeto de conflicto.
–Su héroe, Javier Veiga, es su pareja en la vida real. ¿Se nota en escena?
–Sí. La admiración y el amor se trasladan al escenario. Inevitable.
–Muchas parejas de actores se llevaron a matar por trabajar juntos...
–Quiero ser la excepción. Creo que es bueno trabajar con la pareja... siempre que sea de vez en cuando.
–¿Ha notado que es presa fácil de los caballeros que se declaran en verso?
–Siempre es fácil sucumbir al talento y a la labia.
–Su doña Inés, dice el director, Mariano de Paco, es una especie de diosa y encarnación del amor. ¿Va usted para diosa?
–Como doña Inés, lo intento; como Marta, no. Debe de resultar agotador ser una diosa. Quite, quite.
–¿Y ser la encarnación del amor adelgaza o engorda?
–No vea lo que se suda con el vestuario que tenemos. Adelgaza.
–Antonio de la Torre reconoce que se aprovechó de su fama para saltarse la cola del ambulatorio. ¿Usted para qué...?
–Me cambiaron una maleta que había comprado en una tienda porque me reconocieron. Fueron encantadores.
–En «Galerías Velvet», que graba ahora, es una dependienta. ¿Cómo cree que le iría en El Corte Inglés?
–No sé, tengo un pronto de mala leche...Creo que no duraría mucho.
–¿Luce vaqueros «bottom up», como la princesa Letizia?
–No los conozco. Pero sí conozco mi trasero: de glúteos voy bien servida.
–Y es que no hay nada como conocerse a uno mismo...
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