Millán Salcedo
Millán Salcedo: «Me gusta el trece. He sido muy trece. Martes era el otro»
Profesión: cómico, actor. Nació: en 1955, en Brazatortas (Ciudad Real). Por qué está aquí: presenta en La Latina (Madrid) su espectáculo «De verden cuando».
–Antes, «Yo me subí a un piano verde»; ahora, «De verden cuando». No se apea usted del verde...
–El verde es el color de la esperanza. ¡Esperanzaaa!
–¿Será de mayor un viejo verde?
–Nunca. De mayor sólo seguiré enamorado del escenario.
–Es un perro verde, dice. ¿Qué político es más perro verde que usted?
–Artur Mas, que es un pirata verde. Estoy más artur de Artur...No me gusta su actitud.
–¿A quién le diría «verde, que te quiero verde...»?
–A alguna de ojos verdes. La gente con los ojos verdes me atrae mucho.
–¿En qué está aún verde?
–En lo verde, o sea, en el sexo. No ligo nada. ¿Quién va a acostarse con el de «la empanadilla de Móstoles»?
–Digo yo que a muchas les gustarán las empanadillas, ¿no?
–Pues no. Una me dijo la otra noche que no se podía acostar conmigo porque sería como hacerlo con alguno de la familia. Ya ve.
–En este show, ¿a quién le pone verde?
–A nadie. Yo no soy quién para poner verde a nadie. Detesto a los criticones. Y hay muchos en este país.
–¿Por qué habrá tantos?
–Por envidia, por resentimiento. Somos el país del «sí, tiene mucho éxito, pero... » Siempre un pero. Nos encanta inventar leyendas negras.
–Dice Santiago Segura que no es de ningún partido porque prefiere equivocarse solo...
–Tiene razón. Yo soy un lunático demasiado independiente.
–Está en el mundo para hacer reír. ¿Le va ser el bufón mayor del Reino?
–La verdad es que prefiero tener el título de ganso mayor del Reino.
–«El que hace reír a su compañero merece el paraíso», dice Mahoma. ¿Irá al cielo por hacer reír?
–Para eso actúo, para ir al cielo. Ya estoy a sólo 20 centímetros del cielo.
–¿Y adónde irán los que nos hacen llorar?
–Ya se verá en el Juicio Final. Espero que haya juez y no jurado popular.
–Dígame algo de 2013. ¿Cómo lo ve?
–Bien. Me gusta el trece. He sido muy Trece. Martes era el otro.
–Temí que dijera que veía brotes verdes...
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