Nueva etapa

Alberto Cortina, el millonario que se convirtió en filántropo por amor

Figura un año más en la lista Forbes de los hombres más ricos del país, pero su vida nada tiene que ver con la de los noventa

Capilla ardiente de Cristina Elena de Borbón von Handenberg
Alberto Cortina y Elena Cué a su llegada a la capilla ardiente de Cristina Elena de Borbón von HardenbergVíctor LerenaAgencia EFE

Acaba de cumplir 77 años y lo ha «celebrado» protagonizando uno de los peldaños en el ranking de los hombres más ricos del país. Alberto Cortina ocupa el puesto 25 entre las fortunas millonarias de España, según la lista elaborada por la revista Forbes en 2023. Al margen de amasar millones con Corporación Financiera Alcor, sociedad de la que posee el 50 por ciento, y sus participaciones en otras empresas (como ACS, Cementos Occidentales, Inverlin Patrimonio y Ence), su vida tiene desde hace más de 20 años un marcado espíritu filántropo. Nada que ver con los años 90 cuando copaba los titulares como protagonista de devaneos amorosos y los escándalos financieros. Cortina vive hoy dedicado a ayudar a los demás alejado del foco mediático, junto a su mujer desde hace 20 años, Elena Cué (51). Pero no siempre fue así.

EL EMPRESARIO ALBERTO CORTINA Y SU MUJER MARTA CHAVARRI POR LAS CALLES DE MADRID EN LA DECADA DE 1990
EL EMPRESARIO ALBERTO CORTINA Y SU MUJER MARTA CHAVARRI POR LAS CALLES DE MADRID EN LA DECADA DE 1990GtresGtres

En 1969 se casó con Alicia Koplowitz, su primera esposa. Su matrimonio terminó en 1990 tras uno de los escándalos más sonados de la alta sociedad española: su infidelidad con la joven marquesa de Cubas, Marta Chávarri, también casada en aquel momento con Fernando Falcó y Fernández de Córdova. El escándalo les costaba a ambos su matrimonio. Cortina y Chávarri se convertían en personajes de la prensa rosa y la pareja vivía una relación en el escaparate constante de los medios, hasta que en 1991, se separaban.

Alberto conoció a Elena Cué, su hoy esposa, en 1997, dos años después de su divorcio de Marta Chávarri. Cué era la joven «hija bien» de una familia de joyeros que había sido campeona de España de tiro al pichón. La pareja se conoció durante una de las cacerías que el empresario había organizado en su finca, Las Cuevas. Las cacerías en la finca de Cortina eran lugar de reunión de la set empresarial y política del país, un lugar donde hacer negocios y entablar relaciones al más alto nivel, a las que acudían políticos, empresarios, banqueros y también royals. Pese a la recargada atmósfera, el amor surgió entre ellos a primera vista. Ni siquiera la diferencia de edad (ella era 25 años más joven) fue un impedimento para la pareja. Ni los optimistas apostaban por la relación.

Fama de conquistador

En contra jugaba el currículum amoroso del empresario, que se había ganado a pulso la fama de conquistador. Pese a los malos augurios, la pareja lleva hoy más de 20 años juntos y se ha convertido en una de las parejas más estables del «establishment» madrileño. Contraían matrimonio en junio de 2000, en Las Cuevas, la misma finca donde se conocieron. Junto a su hija en común, Alejandra(14), llevan una vida discreta y tranquila. Alberto Cortina sigue centrado en los negocios y Elena se dedica a hacer colaboraciones periodísticas sobre arte y filosofía, y realiza labores directivas de la Fundación Alberto y Elena Cortina.

Creada en junio de 2011, la fundación es el proyecto común de la pareja. Alberto y Elena han volcado sus esfuerzos en la causa hasta el punto que el 100 por ciento de los fondos destinados por la fundación vienen de aportaciones de los fundadores. Su ámbito de actuación es además internacional.

Apoyo a familias vulnerables

La fundación apoya con fondos actuaciones en países extranjeros como Haití. Allí, tras el terremoto de 2010, crearon un ambicioso proyecto para levantar un campamento con el que dieron apoyo a más de 1.200 familias damnificadas por el desastre natural, 400 de las cuales eran menores. En España, el matrimonio centra sus esfuerzos en el desarrollo de programas para luchar contra la precariedad de muchas familias.

En la actualidad, la Fundación Alberto y Elena Cortina atiende, a través de diferentes proyectos activos, a 6.511 personas integrantes de 2.165 familias. Entre ellos destaca la Casa de la Paz, un proyecto de atención sanitaria destinado a menores extranjeros, afectados con patologías graves sin posibilidad de tratamiento en sus países de origen. También poseen un Hogar de Acogida, de ayuda a personas con enfermedades raras y un comedor invisible, destinado a ayudar a los denominados «pobres vergonzantes», personas sin hábito de solicitar ayuda que además se avergüenzan por la situación. Otra de las ideas pioneras fue la creación de un «econosolidario», así como un programa de atención a mujeres en situación de riesgo de exclusión social y desahuciadas de sus hogares.

"Apadrina una familia", una de sus iniciativas

Con la idea de aumentar las familias atendidas, el matrimonio Cortina-Cué ha puesto en marcha una iniciativa innovadora. Se trata de «apadrinar una familia» en dificultades para sostener mediante una donación mensual a un miembro, individualmente, o a una familia al completo. Tras estudiar el coste mensual para atender a la familia o a la persona, la persona participante se compromete a sostener por un año a esa persona mediante una cesta de la compra que un centro comercial colaborador envía a la familia apadrinada. El coste por persona y mes del apadrinamiento son 120 euros y la Fundación Alberto y Elena Cortina se ocupa del seguimiento y de que el proyecto se lleve a cabo correctamente.