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Robos a los futbolistas: todos tienen algo en común

Morata, Isco, Benzemá son sólo algunos de los futbolistas a los que les han desvalijado la casa. Ninguno de ellos vive en La Finca, la urbanización más segura de Madrid

Álvaro Morata y su familia en Ibiza, días después de sufrir un asalto a punta de pistola en su casa de Madrid
Álvaro Morata y su familia en Ibiza, días después de sufrir un asalto a punta de pistola en su casa de Madridlarazon

Son ricos, famosos, alardean de sus coches, relojes, barcos y mansiones. Una hoguera de las vanidades que ha dejado al descubierto su vulnerabilidad.

¿De qué vale ganar todo el dinero del mundo si no puedes proteger a tu familia? Esta es la pregunta que empiezan a hacerse los astros del fútbol desde que comenzara la epidemia de robos y asaltos a los futbolistas más famosos y ricos de España.

Isco, Morata, Casemiro, Isco, Zidane, Ezequiel Garay, Joaquín SánchezThomas, Morata, Joaquín, Gerard Piqué, Jordi Alba, Benzemá o Thomas; todos ellos son ricos y famosos, juegan en los equipos de fútbol más importantes del mundo, alardean de sus coches, relojes y mansiones, y les encanta mostrar al mundo su privilegiado estilo de vida en directo. Y además tienen otra cosa en común: ninguno de ellos reside en la prestigiosa urbanización de La Finca en Pozuelo de Alarcón, considerada el Fort Knox de los futbolistasy las grandes fortunas del país.

Este paraíso a prueba de paparazzis y delincuentes, dónde residió Cristiano Ronaldo durante sus años en el club merengue y dónde hasta hace poco se ocultaba Malú y Albert Rivera, está dotado de los más sofisticados sistema de seguridad del mundo. Allí viven figuras del mundo del fútbol como Bale, Arbeloa o Diego Simeone. Ninguno de ellos ha sufrido ningún incidente desde que se instalaron allí. Un complejo sistema de cámaras sigue todos los movimientos de las personas que transitan por la urbanización, cuyo acceso está cerrado a los no residentes, que sólo entran al recinto sí están autorizados por los propietarios y tras ser identificados en la garita de seguridad.

Pero sorprendentemente y a pesar de sus millonarios ingresos, pocos futbolistas a la hora de elegir sus viviendas, priorizan su seguridad y la de sus familias. Al menos, no hasta ahora que se han convertido en blancos fáciles de los amantes de lo ajeno. Asaltarlos parece muy fácil a tenor de la oleada de robos perpetradas a las estrellas del balompié. Pero... ¿Qué los hace tan vulnerables?

Los ladrones aprovechan que están concentrados con el club o que se encuentran fuera jugando con sus equipos o de viaje con sus familias para perpetrar los robos más audaces. Son auténticos profesionales, armados hasta los dientes y que no actúan sin haber realizado un completo seguimiento de sus víctimas: saben sus rutinas, quiénes trabajan en sus hogares, qué coches utilizan en sus desplazamientos, a qué colegios van sus hijos, cuántas personas tienen de servicio...Los botines que buscan incluyen relojes de las mejores marcas, objetos personales de gran valor, dinero en efectivo y todo tipo de joyas.

Escudriñan sus redes sociales para seguir sus movimientos y tener más información sobre sus posesiones. Muchas veces antes de asaltar una vivienda ya conocen perfectamente el botín que van a encontrar. Conocen los exclusivos relojes y coches que poseen cada uno de ellos, las joyas que lucen habitualmente sus mujeres y qué objetos de valor pueden encontrar en el interior de las viviendas que asaltan.

Conocen a la perfección lo que pueden conseguir pues son las propias víctimas las que muestran sin reparo su privilegiado estilo de vida. En esa hoguera de las vanidades a la que todos ellos han sucumbido, las redes sociales, exponen sin pudor sus posesiones más preciadas y a los que más quieren: sus hijos, sus esposas, sus mascotas e informan de sus viajes, presumen de sus vacaciones en exóticos destinos y dan demasiada información de su vida privada.

Los primeros en sufrir un robo en su domicilio fueron Gerard Piqué y Shakira. Ocurrió en su casa de Esplugues de LLobregat en febrero de 2019. Shakira estaba de gira y Piqué jugando en el extranjero. En la mansión de la pareja se encontraba la familia de la cantante, quiénes descubrieron lo ocurrido al ver una ventana abierta del dormitorio principal, y que faltaban importantes joyas de la pareja. Pocos días después, le había ocurrido lo mismo al jugador del FC Barcelona Kevin Prince Boateng mientras disputaba el Barça-Valladolid. Los ladrones se llevaron joyas y relojes, así como dinero en efectivo por valor de 400.000 euros.

Tras la oleada de robos a los futbolistas del Barca y con tan sólo una semana de diferencia, el fenómeno comenzaba también en Madrid. El primero, fue el perpetrado en el domicilio del jugador del Real Madrid, Karim Benzema. Los ladrones entraron en su hogar mientras el francés estaba disputando el Clásico de Copa del Rey entre el Real Madrid y el FC Barcelona.

Al inicio del verano se vivió un nuevo repunte de robos, coincidiendo con las vacaciones de los jugadores. Sus escapadas a Ibiza o a lugares remotos, de las que suelen dar cuenta en sus redes sociales, son una oportunidad perfecta para que los maleantes puedan entrar en sus domicilios y registrarlos a conciencia. Isco o Zinedine Zidane, ambos del Real Madrid, sufrieron en el mes de junio sendos robos en sus mansiones, situadas en pleno Madrid.

Aunque prefieren robar cuando sus famosos ocupantes no están en casa, no dudan tampoco en entrar aunque en su interior haya si hay algún familiar o empleados domésticos. Así fue el caso de Morata. El asalto, a punta de pistola, tuvo lugar en la casa que tiene alquilada en La Moraleja el pasado junio, mientras se encontraba en las Islas Feroe junto a la Selección Española. En la vivienda se encontraba su esposa, Alice Campello y sus mellizos de pocos meses con el personal doméstico. A pesar de que consiguieron alertar a la policía, los ladrones se hicieron con un importante botín y el jugador, decidió rescindir el contrato de alquiler de la vivienda.

La alarma cundió en el banquillo blanco y el club tomó cartas en el asunto para garantizar la seguridad de sus jugadores. Unos robos tan seguidos no podían ser fruto de la casualidad y la policía sospechó que tenía que tratarse de una banda organizada, probablemente formada por peligrosos delincuentes provenientes de países del Este. No andaban desencaminados.

Con la vuelta a los entrenamientos y a la rutina deportiva, no se acabaron los robos. A Thomas le entraron a robar el pasado 30 de septiembre, aprovechando que se encontraba jugando en Moscú. Estaba en la casa la empleada del hogar y no dudaron en usar la violencia. A Casemiro le robaron un día antes, el domingo 29, mientras disputaba el derbi en el Wanda Metropolitano. Su mujer y su hija estaban en casa viendo el partido y no se enteraron de nada hasta que encontraron la casa revuelta al irse a dormir.

Pero la impunidad de la que parecían gozar los delincuentes ha llegado a su fin a principios de octubre cuando en una operación de la Guardia Civil se han registrado tres viviendas en Madrid , y en Toledo, una cuarta, en la que se encontraban los detenidos, todos de nacionalidad albanesa. En la misma se ha conseguido recuperar una gran cantidad de joyas sustraídas y 10.000 euros en metálico. También objetos denunciados por las víctimas, como una medalla de subcampeón de la Champions League del jugador del Atlético de Madrid Thomas Partey, junto con su pasaporte. Partey junto al técnico Zidane y a los jugadores Morata e Isco han tenido que acudir ante la Guardia Civil y han podido recuperar algunos objetos robados.

A los detenidos se les atribuyen los delitos de robo de vivienda habitada, pertenencia a grupo criminal, receptación de material robado, sustracción de vehículos y falsedad documental. Aunque aún tienen el miedo metido en el cuerpo metido, parece que la pesadilla, de momento ha terminado al menos para los jugadores del Real Madrid.