Jesús María Amilibia
Teresa Baró: «El seductor ha de ser abierto y muy generoso»
–«La gran guía del lenguaje no verbal». Nuestros gestos y expresiones, nuestra voz, ¿son más sinceros que nuestras palabras?
–Sin duda, aunque a veces los gestos nos traicionan.
–Ve a un político en la tele. ¿Sabe por su lenguaje no verbal si está mintiendo?
–Es difícil. Quizá viendo el vídeo a cámara lenta. No tengo una bola de cristal. Puedo conocer sus intenciones, si está tenso, enfadado, contento...
–Ya. Con preparación, también se puede mentir con los gestos, ¿no?
–Sí, casi todos sabemos hacerlo. Nos enseñan desde pequeños a fingir: «Sonríe a la abuela, niño».
–Ha entrenado a políticos. ¿Cuál es su afán?
–Transmitir buena imagen, inspirar confianza y soltura. Los directivos, lo mismo, además de autoridad.
–No sé si los presentadores de TV deberían aprender lenguaje no verbal...
–Sí, porque unos pecan de histrionismo y otros de falta de naturalidad. La naturalidad se aprende.
–Acuden a usted para que les enseñe el lenguaje de la seducción...
–Hombres y mujeres. Les digo que hay que trabajar la actitud: el seductor debe ser abierto y muy generoso.
–Un gran donjuán me dijo una vez que para ligar hay que saber escuchar...
–Sí, darle importancia al otro, hacer que se sienta importante. Quien habla mucho de sí mismo no llega a los corazones, no seduce.
–Cita un estudio: la palabra sólo tiene un 7 por ciento de incidencia en la capacidad de influir en los demás...
–Es lo menos decisivo. Tiene más importancia el gesto, el tono, el aspecto. Las palabras muchas veces están vacías de contenido.
–¿Quiénes mienten mejor?
–Creo que los más inteligentes y creativos son los que mienten mejor. Son transparentes los que no saben disimular la tensión que genera mentir.
–¿Qué parte del cuerpo dice más de nosotros?
–El rostro y los ojos. Pero atención a los pies. Nos olvidamos de ellos y dicen mucho sobre nuestro ánimo, nivel de seguridad, intenciones...
–¿También sobre cuándo te van a dar la patada?
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