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Un interno chantajea al hijo de Ortega Cano en prisión

Por no ceder a sus amenazas

Un interno chantajea al hijo de Ortega Cano en prisión
Un interno chantajea al hijo de Ortega Cano en prisiónlarazon

Abrumado por las informaciones falsas, José Ortega Cano decidió dar un paso al frente y hablar por primera vez de lo ocurrido a José Fernando: «Mi hijo no ha tenido ningún problema, ni once peleas ni nada. Salvo el tema de los tres paquetes de tabaco, y él le dijo que no. Tiene una conducta buena», explicó en «Espejo Público». El diestro se refiere a un episodio muy concreto. A los pocos días de su ingreso, un interno le pidió a José Fernando tres paquetes de tabaco. Él no se amilanó y se negó a dárselos. Rechazado, el recluso se lo contó a su novia en una visita y ésta, parece que para vengarse, empezó a filtrar informaciones falsas sobre el hijo del torero a los medios de comunicación, datos ficticios que lo convertían en un auténtico diablo. La dirección de la prisión se apercibió de lo ocurrido y decidió, tras consultar al juez de vigilancia penitenciaria, trasladarlo de módulo.

Comportamiento normal

Desde entonces no ha tenido más incidentes y tampoco se ha intentado suicidar como se ha dicho. Al revés, está estudiando, pasa horas en el polideportivo, acude a la capilla a rezar, se ducha a diario y colabora en las labores de limpieza de su módulo, uno de los que se conoce como de «respeto». Su comportamiento está dentro de la normalidad y no causa ningún problema.

Lleva encerrado desde el 15 de noviembre. En este tiempo su padre ha ido dos veces a prisión. La primera, el miércoles 4 por la tarde. Acudió al edificio de comunicaciones a realizar unos trámites burocráticos. La segunda, el viernes 6 de diciembre. Como el resto de familias de presos, pasó el detector de metales y debió acreditarse con su Documento Nacional de Identidad. Iba el diestro, entre otros, acompañado de su hija, todavía menor de edad. A ella se le olvidó el DNI, así que le impidieron el paso. Urgentemente hubo que mandar a un taxista a buscar el documento para que autorizaran el acceso. «Hacía que no lo veía dos meses. Está bastante más delgado. Rompió a llorar. Me pedía perdón una y otra vez. Yo me emocioné bastante», explicó con voz sosegada José Ortega Cano. «Me he sentido culpable. Me he preguntado qué he hecho yo mal. Me he dicho, ¿tendré culpa de esto? No soy un padre modélico pero me he portado bien con él, como cualquier padre, los mejores colegios, he estado pendiente de él y de su hermana y sigo estándolo. Yo no he abandonado a José Fernando, él sí me ha abandonado a mí», puntualizó el diestro.

Aunque suele ser un asunto que se ventila en la intimidad del hogar y no se airea, Ortega Cano reconoció públicamente, con gran valor, que la cocaína ha entrado en la vida de su hijo: «José Fernando tiene un problema con las drogas. A partir de cumplir los 18 empezó lo peor. Dos años y pico con los porros, los cigarritos esos. Con las drogas más duras se codea desde hace cinco o seis meses para acá. Él y yo hemos pactado que el primer día que salga de prisión debe irse a un centro de desintoxicación. Para que le traten sus adicciones. También para que le vea un psicólogo, porque tiene ciertos cambios de personalidad preocupantes y eso no le favorece nada». Ortega reconoció los errores de su hijo, pero al mismo tiempo pisa firme y recuerda que José Fernando es su hijo y que, como padre, estará siempre a su lado para ayudarlo.