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Victoria Beckham, un negocio sin beneficios

La diseñadora triunfa sobre la pasarela, pero no consigue levantar un negocio que en diez años aún no ha presentado números negros.

La firma de Victoria Beckham podría desaparecer
La firma de Victoria Beckham podría desaparecerlarazon

La diseñadora triunfa sobre la pasarela, pero no consigue levantar un negocio que en diez años aún no ha presentado números negros.

Victoria Beckham le queda ya lejos su etapa como estrella del pop. Ella prefiere ahora las pasarelas y desde hace una década se lleva forjando un prestigio en la moda que ha tenido que ganarse luchando contra viento y marea. Ser una «outsider» del sector era todo un handicap y, pese a encontrar otros modelos de éxito como podría ser la firma The Row fundada por las televisivas gemelas Olsen, lo cierto es que al principio hubo muchas dudas sobre el futuro de su marca y si solo era un capricho de la «celebrity» británica. Una década después, Victoria puede presumir de haber creado una de las firmas más apreciadas por los expertos, aunque corre el riesgo, eso sí, de quedarse solo en eso: «A pesar de que sus ventas suben un 17%, los beneficios en el último ejercicio cayeron un 20%», explica Luis Lara, profesor del Instituto Superior de Empresa y Moda de la Universidad de Navarra y consultor de moda de Retalent. «En diez años no ha dado todavía beneficios y pese a los buenos datos, es una empresa muy pequeña para el sector del lujo». Cuenta, eso sí, con el apoyo del fondo Neo Investment Partners, que adquirió en 2017 una participación minoritaria de la marca por 33,5 millones de euros, y con las inyecciones de dinero que le hace cada cierto tiempo su marido, David Beckham, que este año ingreso otros 26,5 millones de euros a la compañía. «Es una marca cuyo éxito está llevando más tiempo del que corresponde», explica Lara. «Y el problema del lujo es que se trabaja en el medio y largo plazo, y aquí puede que la relevancia de Victoria decaiga. Está muy bien contar con inversores, pero necesita también un socio industrial que conozca bien mercados como el asiático y que además fabrique. Así solucionaría esa parte del negocio ya que ella no deja de ser una ‘‘outsider’’ del sector». Las idas y venidas en su directiva tampoco le han aportado mucha estabilidad, sobre todo tras la dimisión por motivos personales de su consejero delegado, Paolo Riva, que obligó a Ralph Toledano (expresidente de la división de moda del grupo español Puig) a tomar las riendas de la compañía y a fichar talento español: el directivo Pablo Sande se incorporó en julio.

Uno de los mayores errores que ha cometido la ex Spice es no apostar por crear un accesorio icónico de su firma que potencie las ventas: «Todas las temporadas lanza colección que varían según las tendencias, pero no ha conseguido elaborar un producto icónico que ‘‘le dé de comer’’, como ha ocurrido con Gucci o Balenciaga», explica el experto en moda. «Son un seguro de venta que además hace que los clientes te compren otras cosas. Eso o iniciar colaboraciones potentes, como hizo Stella McCartney con Adidas».

Marca residual

Beckham ha probado suerte con firmas como Estée Lauder, con la que lanzó Victoria Beckham Beauty, su línea de cuidados que se ha presentado este año. Para esto se ha aliado con Sarah Creal junto a la que ha fundado esta nueva línea de negocio de venta online. «Debería tener cuidado, porque está en un momento crítico para el desarrollo de la marca, el volumen de ventas es pequeño y si en un periodo de tres a cinco años no consolida la firma puede verse en una situación complicada donde podría quedar como marca residual para un mercado barato, outlet o un online de precios medios bajos. Incluso desaparecer», advierte Lara.

Quizás uno de esos primeros pasos ya los dio en mayo, con aquella felicitación a sus excompañeras. Decir no a la gira, desvincularse de aquel pasado, pudo ser un paso de demostrar tanto al público en general como a sus inversores que Victoria Beckham ya no era una artista, sino una profesional de la moda dispuesta a dar la batalla por hacerse con un hueco entre las principales firmas de lujo. ¿Comienza el tiempo de descuento?

La estrella de la casa

Si alguien puede robar el protagonismo a la diseñadora esa es su hija Harper. La benjamina de la familia tiene una de las agendas de contactos más codiciadas del mundo y es frecuente verla compartir primera fila con Anna Wintour, Emanuelle Alt o Edward Enninful, los directores de «Vogue» en EE UU, Francia y Reino Unido.

De ella se analiza todo, desde cómo viste a cómo se peina. Una auténtico icono de moda con solo 8 años.