Barcelona
Alberto Guijarro: «Podemos vivir sin dinero público»
El festival de música es referencia internacional y autosuficiente
La envidia buena no existe. Siempre es insana. Lo saben los aficionados a la música que viven en Madrid (y en el resto de España) cada vez que leen los avances del cartel del Primavera Sound desgranarse como una gota malaya. El festival que cada año va creciendo en Barcelona, hasta ser cita en calendarios de todo el mundo, vive un absoluto esplendor este año a pesar de la crisis y de la baja de última hora de la islandesa Björk.
–¿Cómo lo hacen?
–Si intentáramos algo de estas dimensiones de cero ahora, sería imposible. Este año habrá 262 grupos y ya estamos pactando los de 2013. Ha fallado Björk y es la primera vez que nos pasa con un artista de ese nivel.
–Han abierto sucursal en Oporto, ¿opciones contra la crisis?
–No. Hace varios años que otras ciudades se quieren llevar el modelo del festival y nosotros lo miramos con distancia. La propuesta más seria era de Oporto, que tiene un recinto precioso, y no un pabellón deportivo.
–¿En Madrid no piensan?
–No hemos hablado con administraciones, aunque hayamos mirado recintos. Este año vienen varias ciudades de fuera de Europa, porque pensamos que con Barcelona y Oporto ya está cubierto.
–¿Tienen menos ayudas públicas?
–No. Porque nunca hemos sido dependientes de subvenciones. Supone un 2%, que se destinan a cosas que no son el festival. El Ayuntamiento aporta 120.000 euros desde hace cinco años y ese dinero se destina a conciertos en plazas que son gratuitos y más que ponemos nosotros. La programación central, los tres días del Fórum, no dependen de ese dinero. Con la Generalitat pactamos una ayuda para la parte profesional del sector, el Primavera Pro. Si eso cayera, no perjudica al resto. No es como otros que están al 30% o 60% de ayudas. Somos el festival de Europa con menos subvenciones. Aunque somos autosuficientes, con todo lo que aportamos a la ciudad, lo podríamos hacer crecer a una experiencia de más días. Hacemos conciertos abiertos a todos y actividades en las que hemos invertido mucho y sólo es el diez por ciento de lo que podríamos hacer. En 2011, el festival dejó en la ciudad 68 millones, porque el 60% de los asistentes venía de fuera.
–Podrían pedir apoyo...
–El Primavera es el tercer evento por repercusión económica de la ciudad, por detrás del GSM (congreso de móviles) y Alimentaria, pero así como hay un departamento de ayudas a esos congresos, no lo hay para la música.
–El abono cuesta 190 euros en estos tiempos...
–Por eso la media de edad sube, y ya va de 25 a más de 40. Hay desde el que va a casa de un amigo hasta el que se gasta 2.000 euros esa semana en un hotel de cinco estrellas. Al no tener subvención –otras ciudades ponen un millón de euros–, no podemos bajar el precio, pero no es artificial.
–Habrán tenido que subir el presupuesto. ¿O han bajado los cachés?
–No, los cachés no han bajado. Para los artistas, con la caída discográfica, es su única fuente, y aprietan. En programación, el presupuesto es de 3 millones de euros, y el total, de 7,4. Los días del Festival trabajan en el Primavera 5.000 personas.
–Su programación es objeto de debate permanente.
–(Risas) Todos somos programadores, pero buscamos equilibrio. La gente va abriendo sus gustos y quiere dejarse sorprender. Al Primavera vienen americanos y británicos a ver grupos de sus países que allí no pueden ver.
✕
Accede a tu cuenta para comentar