Bayern Munich
Forlán la ganó por Julián GARCÍA CANDAU
El Atlético no puede ganar si no es angustiosamente. Su sino es complicarse la vida aun cuando cielos y tierra le sonríen. Por ello tuvo que llegar a las postrimerías de la prórroga para que Forlán marcara el segundo tanto y la copa fuera suya. El goleador y Agüero fueron, de nuevo, la solución. Entre ambos se consiguió el triunfo.El Fulham no pertenece a la élite inglesa y, sin embargo, ha llegado a la final después de haber eliminado a equipos de superior categoría. Contra el Atlético tenía que tratar de imponer su juego de desplazamientos largos y ataques oportunistas en el área contraria. Para el equipo madrileño la propuesta tenía que ser distinta. Le convenía jugar más en el control de la pelota. Dado que los colchoneros tampoco tienen centrocampistas que acaricien el balón todo sistema podía quedar reducido a la entrada en juego de Forlán y Agüero.El uruguayo, para empezar, estrelló un balón en el poste. Fue un aviso. Luego apareció Agüero para demostrar que en medio de vulgaridades es capaz de hacer brillar la calidad. Darle la pelota es crear emoción porque es capaz de burlar a los contrarios en un metro cuadrado. Y no son adornos, sino soluciones repentinas. Lo peor que hizo fue fallar un remate a gol que en la dirección errónea fue a parar a la jurisdicción de Forlán, quien marcó. Luego, la angustia. Jurado dio más aire y en el momento cumbre apareció el uruguayo.
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